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Un pasajero disfrazado, presunto secuestrador del avión de la TWA

Hasta altas horas de la madrugada de ayer, la policía suiza continuó interrogando y buscando sin éxito, entre los 79 pasajeros del avión de la TWA, al «fantasma del aire» -como lo ha calificado la prensa helvética-, que mantuvo secuestrado el Boeing 707 durante diez horas, inaugurando un nuevo método de secuestro aéreo.

Finalmente, y después de escuchar las más variadas versiones de parte de los pasajeros, la mayoría de los cuales constituían más que nada relatos de sus impresiones personales, las autoridades policiales dejaron en libertad tanto a los pasajeros como a los miembros de la tripulación.

Sin embargo, un dato clave, que no necesariamente constituye una pista clave, rectifica la versión primitiva en el sentido de que el documento de diecinueve páginas en el que se pedía la liberación de Rudolf Hess, de Sirhan Sirhan, cuatro croatas y un palestino y en el que se amenazaba con hacer extallar el avión, no fue puesto entre las piernas de una de las azafatas mientras ésta dormía, sino que ésta lo recibió personalmente de manos de uno de los pasajeros que se valió de la oscuridad, dado que en ese momento se exhibía una película.

El hecho ocurrió cuando el Boeing volaba a la altura de Irlanda. La azafata declaró que la persona se dirigió a ella en un perfecto inglés. Sin embargo, el documento, redactado también en inglés, presenta una serie de faltas ortográficas y de redacción. Además, en el lavabo, fue encontrada una peluca, bigotes postizos y un par de anteojos, de los que se valió el secuestrador para ocultar su verdadero rostro en los instantes de hacer entrega del documento.

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