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"Los drogadictos no son seres inútiles a los que se les debe manipular"

Para Oswaldo Gibelli, presidente de la Unión Española de Defensa contra la Dro0ra, fundada con carácter privado el pasado mes de diciembre y legalizada en febrero último, ingeniero de 54 años, casado, con tres hijos (uno de ellos toxicómano), el principal problema a la hora del consumo de drogas es la falta de información.Por una parte, opina, la droga ha pasado de estar unida, en términos generales, a movimientos juveniles de protesta, dentro de un sentido metafísico, casi religioso, a ser un producto de consumo, comercializado, a cuyo alrededor se mueven fuertes intereses económicos. «Yo puedo fumar un porro -dice Gibelli, o usted, y puede que nos fuera útil. Pero el problema es que ahora un muchacho de catorce años se fuma ocho o diez porros diarios y se queda embotado, sin capacidad intelectual. El ácido lisérgico, más conocido por LSD, puede ser peligroso, porque los jóvenes desconocen sus efectos, lo toman sin conocimiento de dosis, sin motivaciones reales y puede desencadenar procesos psicopáticos.»

«Nosotros estamos netamente en contra de la prohibición porque sí y a favor de la información y de la libre elección social. Una vez que la sociedad, y, en particular la juventud, conozca la droga seriamente podrá optar por su utilización. »

Por otra parte, el señor Gibelli se queja de que la Administración no enfoca seriamente el problema del consumo de drogas. Lo hace, según él, desde una perspectiva policial, represiva. «Es practicar la política del avestruz, porque el problema es un problema real y efectivo -opina-. Hasta ahora el único organismo que parece estar un poco sensibilizado es el Instituto Nacional de Asistencia Social, que nos ha concedido una subvención de tres millones de pesetas. Es absurdo que nosotros estemos supliendo una función de la Administración y que luego ésta nos cobre los servicios que prestamos, porque el campo de trabajo de Arganda del Rey nos lo ha alquilado la Diputación por 600.000 pesetas.»

Rehabilitación por la vía personal

Con todo, la Unión Española de Defensa contra la Droga y su presidente: están satisfechos con la experiencia del centro provisional de rehabilitación de toxicómanos de Arganda del Rey (véase EL PAIS de ayer). En síntesis, se trata de una especie de cursillo de rehabilitación que durante cuarenta días han seguido un grupo de toxicómanos, la mayoría de ellos heroinómanos y adictos al LSD y a los barbitúricos. Para ello la asociación ha contado con el centro escolar Nuestra Señora de los Milagros, de Arganda, cedido a tales efectos. También han contado con un campo de trabajo agrícola, donde se han dedicado a la recolección de la patata y otras faenas similares.

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La rehabilitación se ha hecho no por una vía médico-psiquiátrica, sino por una vía de motivaciones personales. Se les ha ayudado, en suma, dentro de un régimen de vida en libertad, a que cada uno escoja su propio ponvenir inmediato. Para ello se les ha suministrado metadona, un fármaco que tiene características similares a la heroína, pero que no necesita aumento en las dosis. Ello les permite ganar tiempo para buscar una activo una motivación que les facilite salir del círculo.

Es, sin duda, la primera experiencia seria que se realiza en España. Gibelli y sus colaboradores esperan que la estancia en Arganda pueda repercutir favorablemente en los drogadictos, aunque al final la decisión debe de ser de ellos mismos.

Una Comisión Provincial de la Droga en el Gobierno Civil

El único síntoma detectado hasta ahora de sensibilización hacia el tema es la creación de una llamada Comisión Provincial de la Droga en el Gobierno Civil de Madrid, presidida por José Farré, vicepresidente del Instituto Nacional de Asistencia Social. La Comisión, que aun es inoperante, ya que su primera reunión se celebrará el próximo día 15 de septiembre, está dividida en cuatro secciones: la de situación, evaluación v documentación, presidida por La Unión Española de Defensa contra la Droga, de la que va hemos hablado la de asuntos legales, presidida por un Juez interesado en el tema y poseedor de criterios abiertos, Miguel López Muñiz; la de tratamiento y asistencia social y la de educación y formación.

Hablan dos jóvenes heroinómanos

Los heroinómanos y morfinómanos, los habituales de drogas duras, son conocidos en el argot como junkys, Marta, una joven de veintitrés años, que lleva seis inyectándose heroína, y Guillermo (o Tato), dos de losióvenes que han residido durante los últimos cuarenta días en el centro de Arganda del Rey, han permitido ser entrevistados por EL PAIS.

«Los junkys que queremos salir de nuestra situación no buscamos sólo una rehabilitación -dice Marta- Queremos conseguir unas reivindicaciones a nivel general. Por ejemplo, que la Administración asuma el problema y que la sociedad se dé cuenta de que es ella. con sus estúpidas estructuras de represión y alienación, quien crea a los marginados. En cierta forina nosotros somos más inteligentes y más sensibles que el resto de la gente normal, puesto que no nos hemos tragado el rollo del sistema y hemos buscado nuestras propias soluciones, equivocadas o no.»

Guillermo piensa, en cambio: «Antes de probarla (la droga) todos tenemos el prejuicio de lo que hemos leído u oído respecto a si perjudica o no. Si aun así te lanzas a un mundo desconocido es porque en el fondo eres un suicida. Lo quc más me preocupa es que al salir de aquí muchos de nosotros tendrán que volver a sus casas, sujetos de nuevo a una dependencia famillar, que puede ser nefasta porque los padres no tienen ni idea de lo que es esto. A nivel social no existen una estructura ni una mentalidad que nos permitan una reintegración digna y basta que digas que has sido drogadicto para que se te cierren automáticamente todas las puertas.»

«Quiero decir -habla ahora Marta- que la droga en,sí es maravillosa y que es el tinglado comercial formado por un hatajo de canallas quien lo ha podrido. La droga te permite vivir unas experiencias increíbles y te descubre aspectos que jamás conseguirías normalmente. Es cierto también que puede destrozarte el cuerpo y que a un determinado nivel la sol¡daridad no existe. Yo he estado manteniendo durante meses a un amigo y cuando no tuve dinero él se iba a inyectarse al lavabo. mientras vo me retorcía de dolor en la cama.»

«Hay que tener en cuenta -habla ahora el presidente de la UNDCD, Oswald- que algunos grupos de drogadictos, aunque, lamentablemente, son los menos, tienen elaborada una filosofía basada en la propia droga. Pero hay que tener en cuenta también que el drogadicto no es un ser inútil al que hay que manipular. Al contrario, la mayoría de ellos son personas de fuerte inteligencia, sólo que condicionados en su percepción y en sus respuestas nerviosas.»

« Por eso los programas de rehabilitación hay que montarlos con el propio drogadicto, sin darle nada preparado y buscando que él mismo encuentre las motivaciones que le ayuden a salir de su estado. »

Drogas fuertes y blandas

Oswaldo Gibelli quiere añadir finalmente que el término droga está mal empleado a veces y que incluso la UNESCO y los organismos internacionales especializados tratan de encontrar otro término más conciso. «Al hablar de droga hay que ser más honestos. Nosotros creemos que cierto tipo de productos, como el hachís y la marihuana no pueden ser considerados como drogas. La marihuana, por ejemplo, ha sido un elemento importante de cultui, a de algunos pueblos como lo es todavía la coca en Perú, Colombia y Ecuador. En charlas que programamos en colegios, cuando un muchacho nos pregunta si es más dañino un porro que una copa de ginebra, le contestamos claramente que no, en absoluto.»

«N uestia preocupación se centra en las drogas fuertes o duras, como se ha dado en llamarlas. Por ejemplo, el LS D. Flay un segundo grupo de droqas constituido por los fármacos que contienen sustancias anfetamínicas o barbitúricas, desde el misrao optalidón o el valium. Es increíble, por cierto, la falta de una normativa farmacológIca en este terreno. Se ha llegado a anunciar fármacos por televisión. Finalmente, hay un tercer número de drogas entre las que se encuentran los derivados del opio, la morfina, la heroína y la cocaína. Nosotros solemos decir que la coca no es droga. En Colombia la gente. masca coca continuarriente como una forma de combatir las difíciles características ambientales y de alimentación. En ese caso cumple una finalidad lícita y útil al organIsmo.»

«Es muy significativo -concluye Gibelli- el hecho de que la gran mayoría de losióvenes drogadictos se inclinen hacia actividades no burocráticas, de tipo artesanal o creativo. Partiendo de la base de que casi todos ellos tienen estudios superiores o han ejercido profesiones liberales es significativo que renuncien a las posibilidades de su entorno social directo y prefieran dedicarse a la cerámica, a la artesanía o a la marquetería.»

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