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Nobre da Costa necesita quince días más para formar su Gobierno de independientes

Tras haber excluido a los partidos políticos de la «segunda fase» de las negociaciones para formar su futuro Gobierno, el primer ministro portugués, Alfredo Nobre da Costa, considera que le serán necesarios quince días, por lo menos, para seleccionar la treintena de personalidades independientes que compondrán su Gabinete.

El primer ministro sabe de antemano que, dada su intención de no contar con los partidos tras el fracaso de las negociaciones llevadas a cabo con ellos, la oposición de éstos a su persona -principalmente del Socialista- viene garantizada.Con la reapertura de las sesiones parlamentarias, para el próximo martes, en las que se comenzará a discutir la elaboración de una ley electoral como anticipo de unas elecciones generales adelantadas, el centro de la crisis promete trasladarse a la Asamblea Nacional, donde se vaticina un «septiembre caliente».

Como estaba previsto, la última ronda de encuentros de Nobre da Costa con los dirigentes de los partidos ha culminado en un fracaso total y no se han modificado ninguna de las posiciones mantenidas por ambos lados con anterioridad. Tan sólo se ha podido confirmar que, en adelante, los trámites de la formación del futuro Gabinete se desarrollarían perfectamente al margen de los partidos, como lo afirmó ayer el líder del Centro Democrático Social (CDS), Freitas do Amaral, quien, aunque dispuesto a facilitar la solución de la crisis, manifiesta sólo entusiasmo moderado.

Por su parte, el democristiano Sa Machado, que fue ministro de Asuntos Exteriores del segundo Gobierno Soares, declaró ayer, después de la cena ofrecida por el Gobierno depuesto al ex primer ministro, que la solución Nobre da Costa no era «ni la única posible, ni la mejor, ni la más deseable». La posición definitiva del CDS se verá durante el voto parlamentario del programa gubernamental.

El Partido Comunista también tiene sus reservas: quiere ver primero quiénes son los llamados «independientes», ya que, en su opinión, el hecho de no pertenecer a un partido no quiere decir que una persona no tenga opciones políticas muy concretas y éstas pueden revelarse contrarias a los intereses del país.

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Desvanecidas las dudas iniciales -paralelamente al endurecimiento de la oposición socialista-, los socialdemócratas son ahora los mayores defensores de la decisión de Eanes. Ya no excluyen siquiera que el futuro Gobierno, si se muestra competente, pueda mantenerse hasta 1980 y Sa Carneiro declaró ayer no creer que una mayoría parlamentaria se atreva a inviabilizar el Gobierno Nobre da Costa, haciéndolo caer a la primera oportunidad.Las atenciones siguen, con todo, centradas sobre la actitud del Partido Socialista. Su portavoz, Jorge Campinos, escogió palabras duras para expresar la intransigencia del principal partido portugués: «Una solución que no sirve la democracia ni el prestigio del presidente», «un Gobierno no es la misma cosa que el consejo de administración de una empresa».

La UDP, extrema izquierda, fue más rotunda aún: se trata de «una solución reaccionaria», y pueden contar con su único diputado para apoyar una moción de rechazo. La invitación va, evidentemente, dirigida al Partido Socialista, que puede, teóricamente, reunir a su alrededor una mayoría capaz de derrotar al Gobierno Nobre da Costa desde su presentación en el Parlamento.

Gobierno fantasma

Esta actitud se desprendería de un rumor sobre la organización por el PS de su «gabinete fantasma», con los miembros de los anteriores Gobiernos, quien en unión con los miembros socialistas de las comisiones parlamentarias, estará particularmente bien preparado para vigilar y criticar las decisiones del futuro ejecutivo.Parece también que el PS intenta hacer proclamar «inconstitucional» la segunda parte del decreto del general Eanes, que mantenía en funciones al Gobierno destituido, para «liberar» de sus obligaciones al grupo de diputados cuyo mandato parlamentario se encuentra suspendido. Si lo consigue, varios ministros, y el propio Mario Soares, reocuparán sus lugares en el hemiciclo, reforzando el grupo parlamentario socialista.

De los rumores sobre los eventuales ministrables, emergen dos nombres: el coronel Firmino Miguel, considerado como «seguro» en Defensa, y Silva Lopes, actual gobernador del Banco de Portugal, para Finanzas. Se dice también que Nobre da Costa, que «no gusta mucho de militares», limitará la presencia de éstos a dos departamentos: Defensa y Gobernación. Para justificar esta última decisión, consideraría necesaria la presencia de un militar al frente de la dirección de las fuerzas de orden público en período electoral y preclectoral.

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