Modelos de desarrollo, movimientos nacionales y feminismo, temas analizados en la primera sesión
El IX Congreso Mundial de Sociología, inaugurado ayer en Upsala (Suecia) por el ministro de Educación de este país, Jan-Erik Wikstroem, se inició de alguna manera bajo el signo de la política, ya que delegaciones tan dispares como las de Polonia, Israel y Estados Unidos han votado la admisión en el Consejo de la Asociación Internacional de Sociología, organismo promotor de este congreso, de una delegación de Africa del Sur. Este hecho ha sido interpretado por algunos sociólogos internacionalistas asistentes al congreso como una muestra más de que los intereses científicos de la humanidad en el campo de la sociología están siendo atravesados por las corrientes políticas que en la actualidad se manifiestan no como bloques ideológicos (socialismo-capitalismo), sino como bloques políticos en torno a países desarrollados-países en vías de desarrollo, centralismo-nacionalismo independentista, movimientos feministas-cultura machista.Bajo estas iniciales perspectivas, más de 3.000 sociólogos de 130 países estudiarán durante toda esta semana sobre la base de cerca de 3.000 ponencias y comunicaciones, prácticamente todos los principales problemas de tipo social que interesan hoy a la comunidad humana agrupados en torno al tema general del congreso: Las vías del desarrollo social.
Las primeras sesiones plenarias del congreso se dedicaron concretamente al estudio teórico de los modelos e ideologías del desarrollo, tanto en los países en vías de desarrollo como en los países ya industrializados. Tema importante, debatido también en la sesión de ayer fue el de los movimientos nacionales y étnicos y el de los movimientos feministas.
En torno a las implicaciones de los movimientos nacionalistas fueron examinados algunos modelos de lucha colonialista interior en Francia, Quebec e Irlanda, así como las tendencias nacionalistas en la URSS, Polonia y Checoslovaquia. Las ponencias sobre temas de movimientos feministas, todas ellas presentadas por mujeres, formaron dos bloques claramente definidos: uno referido a los movimientos feministas en los países industrializados, en los que se defendió, casi unánimemente, que se trataría de llegar a alcanzar el poder frente al poder del hombre y el otro, el que hace referencia a los movimientos feministas en los países en vías de desarrollo, en los cuales dichos movimientos son movimientos de liberación.
Presencia española
Las delegaciones españolas, tanto las individuales como las de grupo, han sido acogidas con interés por los máximos dirigentes de la Asociación Internacional de Sociología, quienes estarían interesados en que el próximo congreso (dentro de cuatro años) se celebrara en España, ya que nuestro país ofrece, en estos momentos, un marco ideal para una reunión científica de este tipo debido al interés derivado de los cambios políticos y sociales que se están produciendo en estos momentos y que se producirán en los próximos años.La posibilidad de celebrar el próximo congreso en España estaría condicionada por la obligada creación de una Asociación Española de Sociología que se integrara de pleno derecho en la Asociación Internacional.
La participación de la sociología española en este congreso no se puede decir que haya sido plena, ya que, a pesar de que hayan venido representantes de la envergadura de Juan Linz, profesor de Sociología y Ciencia Política en la Universidad de Yale (Estados Unidos); de los profesores Salustiano del Campo, Enrique Martín y José Vidal Beneyto, de la facultad de Sociología de la Complutense de Madrid; de Adolfo Perinat y Julio Busquets, profesor este último de Sociología y diputado del PSOE por Cataluña, y de contar con la presencia de otros sociólogos del País Vasco, País Valenciano y Canarias, hay que destacar también el capítulo de ausencias importantes como las de Salvador Giner, Esteban Pinilla, Juan Marsal y Amando de Miguel, por Barcelona, y José Jiménez Blanco, Luis González Seara, Juan Diez Nicolás y Carlos Moya, todos ellos de la Universidad de Madrid.
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