Josef Hochfelder,
obispo archimandrita de nacionalidad alemana, fue denunciado el domingo como presunto impostor en la localidad fronteriza de Irún (Guipúzcoa). Vestido con una sotana de color púrpura, armado con su báculo, sin documentación alguna y en aparente estado de intoxicación etílica, el obispo organizó un gran alboroto en una cafetería irunesa, hasta que quedó en estado de inconsciencia. Avisada la policía, encontró en una de sus maletas, depositadas en la consigna de la estación los documentos que acreditan su identidad. Monseñor Hochfelder manifestó al día siguiente después de celebrar misa, que no recordaba nada de lo sucedido en la cafetería.
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