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Reportaje:

Numerosos edificios y jardines de interés público, cerrados a los visitantes

La Vigente ley del Tesoro, promulgada en 1933, prescribe, en su artículo 29, la obligación por parte del organismo correspondiente de informar al público de las horas en que, al menos durante cuatro días al mes, permanecerán abiertos los edificios calificados como de interés artístico. El deterioro cultural de hoy es, en cierto modo, una consecuencia de su desconocimiento por parte del público y del incumplimiento por parte de los organismos a quienes afecta. En los dieciocho últimos meses se ha observado una toma de conciencia de los vecinos de Madrid para la defensa de su entorno histórico y monumental. Se han logrado salvar edificios como el cine Doré; se han paralizado las edificaciones en terrenos de la estación de Atocha y han dado comienzo las obras áel Cuartel del Conde Duque, pero existe gran cantidad de edificios y zonas verdes inaccesibles al ciudadano, que en muchos casos está sometido a la decisión de un conserje y a la necesidad de desembolsar una propina.

Numerosos bienes, muebles, no sólo están fuera del alcance de cualquier posible visitante, sino que su instalación en viviendas particulares puede deteriorarlos gravemente, dada la falta de condiciones ambientales adecuadas. (Unos 18.000 cuadros y 2.000 tapíces, a los que se considera la colección más rica del mundo, fueron catalogados y protegidos por el Gobierno de la República. sólo en Madrid.) Buenos ejemplos son La condesa de Chinchón, colgado en un piso particular, y un elevado número de tapices que están en idénticas circunstancias.

Para ofrecer una idea sobre la cantidad de edificios en ruinas o abandonados, y de jardines o zonas verdes infrautilizados en Madrid. podría bastar la siguiente lista.

Iglesias: San Antonio de los Alemanes, cuyas pinturas sólo pueden visitarse en horas de culto; capilla del Obispo, que es el monumento más importante del fin del gótico en Madrid: permanece cerrada y sólo puede visitarse mediante propina al portero de las Hermandades de Trabajo; convento de las Trinitarias: en él está enterrado Cervantes, y puede visitarse con permiso del portero; convento de San Plácido, considerado como la iglesia mas importante del siglo XVll, sólo puede ser visitado a las ocho de la mañana, coincidiendo con la celebración de la Misa, y el Jueves Santo; capillas de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, que casi fue destruida en 1968 y permanece cerrada; capilla de San Isidro, que está en ruinas desde 1936; conventos del Sacramento y de las Capuchinas, ambos destruidos, el de las Calatravas, cuyo derribo está previsto, y el de la las Comendadoras de Santiago que, tras un intento de derribo, está infrautilizando.

Palacios: el de Baucer, que puede visitarse con permiso de los porteros de la Escuela de Canto; el de Liria, que sólo se puede visitar previa solicitud por carta al propietario, aunque en los estatutos de la recién creada Fundación de la Casa de Alba consta la apertura del palacio y de una zona de los jardines en régimen de museo: los jardines, clasificados por el Ayuntamiento como «zona verde de uso público» permanecen cerrados. También pueden incluirse el de Talara, que está vacío y en proceso de ruina acelerada; el de Zabálburu, también vacío y pendienle de licencia de demolición; el de Linares, vacío, aunque en proceso de restauración; el de Parcente, tampoco utilizado, y el de los duques de Granada de Egar, abandonado con solicitud de demolición.

Habría que recordar, en un apartado que podría titularse «Otros edifcios», la Academia de Historia, en la cual la parte considerada como museo puede visitarse con el permiso del conserje; la facultad de Medicina de San Carlos, que se encuentra casi vacia; el Hospital Clínico de Santiago, que es utilizado como almacén, y el antiguo Hospital General de Madrid, sólo ocupado en una pequeña parte. Finalmente, y en el apartado de «jardines», basta considerar la Alameda de Osuna, que está en obras de restauración; el Campo del Moro, abierto recientemente, pero cerrado al público en más de un tercio de su extensión, el Jardín Botánico, cerrado y en obras; la Casa de Campo, que está en degradación continua, y los jardines de El Pardo, que siguen cerrados y sin restaurar.

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