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Hecho público el testamento de Pablo VI

El 25 de agosto, a las cinco de la tarde, las puertas del cónclave se cerrarán a cal y canto para que los cardenales presentes en Roma procedan a la elección del nuevo Papa. Por ahora, de los 115 que tienen derecho a entrar en el cónclave, quedan sólo 113, ya que el cardenal norteamericano Wright y el indiano Gracias no podrán asistir por motivos de salud.

¿Por qué esta vez los cardenales de la curia y los pocos extranjeros llegados a Roma han decidido un plazo de tiempo entre la muerte del Papa y el inicio de las elecciones que es el más largo que se conoce? El comentarista de Corriere della Sera dice que esto hace pensar en un «golpe de mano» de la curia para tener el mayor tiempo posible a su disposición para poder influir, con su clásica política romana, en los cardenales que van llegando a la ciudad eterna. Por su parte, Giancarlo Zizola, uno de los mayores expertos internacionales en la política vaticanista afirma que esta decisión demuestra por primera vez la «debilidad» de la curia en la elección del Papa. El sector más tradicional está convencido de que esta vez, al no poder los italianos controlar la elección con su número de votos, los extranjeros serán más severos y, como ya declaró ayer el cardenal Cordeiro, podrán aceptar un italiano sólo si este italiano «nos gusta a nosotros». La curia sabe que Roma emborracha; que la política de las cenas romanas, las comidas en las embajadas, los conciliábulos en el calor de agosto en una ciudad como ésta, perezosa y sensual, puede enfriar ciertas fiebres progresistas y muchos cardenales podrían convencerse de que lo importante es que sea elegido Papa un cardenal no demasiado joven, que asegure en este momento de confusión ideológica una guía segura para la Iglesia, la cual sigue siendo un punto firme en la esperanza del mundo y, si es posible, un cardenal que conozca bien todo lo que se cuece dentro del pequeño-grande reino de la curia romana.Pablo VI ha hecho oír su voz después de muerto a través del testamento autógrafo dado a conocer en la víspera de su entierro. Estas notas para mi testamento son antiguas, en realidad, pues fueron escritas el 30 de junio de 1965, tercer año de su pontificado, y en ellas trasciende la idea que Pablo VI tenía del papado: auténtica cabeza de la Iglesia, padre amantísimo, pero también pastor, que debía vigilar atentamente a su rebaño, con continuas referencias al primado de Roma sobre la cristiandad, que le había tocado representar a él. En resumen, es el mensaje de un hombre que se ve a sí mismo como un verdadero Papa, en el que las directrices sobre los grandes problemas concretos son breves, pero terminantes: «Sobre el ecumenismo, prosígase la obra de acercamiento con los hermanos separados, con mucha comprensión, con mucha paciencia, con gran amor, pero sin apartarse de la verdadera doctrina católica. Sobre el mundo: no se piense que se le ayuda asumiendo su pensamiento, sus costumbres, sus gustos, sino estudiándolo, amándolo, sirviéndolo». Pablo VI termina sus notas para el testamento bendiciendo a Roma especialmente, a Milán, a Brescia, a la Tierra Santa, a la queridísima Iglesia católica y a la humanidad entera.

Sin embargo, la presencia española más notoria en Roma es la del cardenal primado, González Martín, cuyas declaraciones viene destacando la prensa italiana. Las palabras del primado de España se interpretan aquí como la expresión de la postura de los cardenales más conservadores, apuntando la conveniencia de que el próximo Papa sea también italiano. «Los italianos tienen hombres importantes -ha dicho monseñor González Martín-. Los dos últimos papas han sido extraordinarios y ambos eran italianos. Creo que los cardenales italianos pueden muy bien proseguir, con equilibrio y serenidad, la obra iniciada por Pablo VI. » Preguntado por la posibilidad de un pontífice salido del Tercer Mundo, el primado español respondió: «Cada cual puede pensar lo que quiera, pero yo no creo en una solución africana o asiática.» En opinión del prelado español el cónclave no será largo. «Estoy seguro de que pronto nos pondremos de acuerdo. »

A propósito del Concordato, el cardenal González Martín ha declarado: «El Concordato estaba ya en suspenso antes de la muerte de Pablo VI y continúa todavía así. Todo está bloqueado hasta que las Cortes aprueben la Constitución, de la cual, naturalmente, el Concordato forma parte. Y aun eso no bastará, porque hace falta la sanción definitiva del referéndum. Esta interrupción es un hecho normal. Tanto más cuanto que hay puntos dedicados a resolver, uno de ellos la libertad de enseñanza religiosa en las escuelas, de acuerdo con el deseo de los padres. »

Funeral oficial en Madrid

El cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Enrique y Tarancón, y el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Dadaglio, concelebraron a mediodía de ayer, en la catedral de San Isidro, de Madrid, un solemne funeral por el alma de Pablo VI, junto con el vicario general castrense, monseñor Benavent, y los obispos Iniesta, Blanco, Estepa, Echarren y García Lahiguera, así como los vicarios episcopales y los canónigos de la catedral.

Asistieron al funeral, entre otras autoridades, el vicepresidente del Gobierno y ministro de la Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado; ministros de Asuntos Exteriores, Justicia e Industria y Energía; presidentes de las Cortes, del Congreso y del Senado; alcalde de Madrid, acompañado por la Corporación municipal, Diputación Provincial y otras autoridades diplomáticas, civiles y militares.

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