Renuncia el presidente del Partido Democrático puertorriqueño
La renuncia del ex gobernador de Puerto Rico Rafael Hernández Colón como presidente del Partido Popular Democrático ha dejado a la que fuera en su tiempo la organización política más poderosa de Puerto Rico en el caos.El anunció hecho el miércoles pasado por Hernández Colón de que no continuaría como presidente del partido ha levantado una ola de candidatos al puesto, el cual, por tradición, debe permitir al que lo ejerza asegurarse su candidatura al puesto de gobernador en las elecciones de 1980.
Los principales candidatos a la presidencia del partido son el vicepresidente del Senado, Miguel Hernández Agosto, ex secretario de Agricultura y considerado como uno de los miembros más brillantes del partido, y el diputado José Enrique Arraras.
Otro posible candidato es Celeste Báez de Rodríguez, un duro contrincante y presidente del comité de mujeres del Partido Popular. Es muy dudoso, sin embargo, que Puerto Rico elija a una mujer como gobernador.
Mientras tanto, el escenario de lo que durante muchos años fue él partido más importante de Puerto Rico se ha ensombrecido con el anuncio hecho esta semana por el fundador del partido y gobernador durante mucho tiempo, Luis Muñoz Marín, de que regresaba a la vida política activa.
Muñoz Marín, que tiene ya ochenta años y se recupera actualmente de un infarto, anunció su regreso el lunes pasado, durante una fiesta íntima, para conmemorar la fecha del nacimiento de su padre, Luis Muñoz Rivera. Después de casi una década de las campañas políticas y de un exilio autoimpuesto en Italia, Muñoz ,Marín dijo: «Vuelvo a la vida política y, con la ayuda de Dios, permaneceré en ella mientras viva.»
Después de que Rafael Hernández anunciara por radio su decisión de abandonar la presidencia del partido porque «Puerto Rico necesita nuevas ideas para hacer frente a un mundo cambiante», los líderes principales del Partido Democrático puertorriqueño convocaron una sesión de emergencia.
La mayoría de estos dirigentes, aunque no están de acuerdo sobre la manera de resolver la situación creada, sí coinciden en que ésta debe ser resucita lo más rápidamente posible, en vista de la proximidad de las elecciones de 1980 y del plebiscito previsto para 1981 sobre el estatuto de Puerto Rico.
Junto al Partido Integracionista y al Partido Democrático, está el Partido Independentista, encabezado por un líder con gran influencia, Rubén Barrios. Aunque este partido recibió pocos votos en las elecciones de 1976, los observadores creen que su influencia crecerá si el Partido Democrático se torna ineficaz y los electores se ven obligados a elegir entre el partido, la integración y la independencia.
La elección de un nuevo presidente del partido tendrá lugar el próximo martes, y la mayoría de los líderes del partido esperan que esta cuestión se resuelva con una rápida votación para evitar las pugnas internas.
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