Dengler
es el apellido de un norteamericano de Minnessota que ha querido cambiar su nombre completo por un número: el 1.069. El juzgado federal se ha negado a aceptar el deseo de este súbdito estadounidense y no ha permitido que Dengler se beneficie de las ventajas que le otorga la era de la computadora. Para el juez, la imposición de números para identificar a personas recordaría demasiado los campos de concentración nazis y constituiría «una ofensa a la dignidad humana». Aumentaría, además, las posibilidades de deshumanización que pesan sobre el mundo. Los periódicos que han divulgado el caso anotan, por otra parte, que en Estados Unidos las cartas de crédito personal ya alcanzan los quince dígitos, mientras que las licencias automovilísticas británicas llegan a los veinticuatro dígitos. De ahí a aceptar que el hombre puede ser conocido como 1.069, como quería el señor Dengler, sólo hay un paso.
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