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Hoy comienza en Bonn la reunón de los países más ricos del mundo

Tres precedentes poco eficaces

La primera conferencia económica en la cumbre de los países más industrializados de la OCDE se celebró en Francia en el castillo de Ramboulliet del 15 al 17 de noviembre de 1975. Convocada a instancia del presidente francés Giscard d'Estaing el 31 de julio de ese ano durante la conferencia de Helsinki, reunió a los representantes de seis países: Estados Unidos, Francia. Alemania Federal, Gran Bretaña, Japón e Italia.El principal problema a debatir era el del relanzamiento de la actividad económica mundial, evitando la inflación, y directamente relacionados con éste, el saneamiento del sistema monetario internacional -en el que las oscilaciones de la cotización del dólar y la caída de algunas monedas, como la libra y la lira, habían introducido una gran inseguridad-. las relaciones con los países en vías de desarrollo y con los mercados del Este y el problema energético y de las materias primas.

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Más que un programa de medidas concretas, el resultado de la conferencia fue lo que se llamó entonces «el espíritu de Ramboulllet». especie de declaración de intenciones destinada especíalmente a restaurar la confianza en los ni medios económicos,

En el terreno monetario, la declaración final establece la actuación en común de las autoridades monetarias para hacer frente «al desorden de los mercados y las fluctuaciones erráticas de la cotización de las monedas». En el arancelario, se rechazan las tentaciones proteccionistas. Respecto a las materias primas y la energía los resultados fueron escasos.

La segunda conferencia se celebró en Puerto Rico el 27 y 28 de junio de 1976. Convocada por el presidente Ford, tal vez con demasiada precipitación y por motivos electorales, parecía tener como objetivo convencer a la opinión pública americana de la convergencia de puntos de vista entre Estados Unidos y sus aliados. Como novedad hay que señalar la incorporación de Canadá a los seis países de Ramboulliet. En el comunicado final se volvió a señalar como objetivo el de «administrar efectivamente la transición a una expansión económica que pueda mantenerse... que no podrá poner en peligro nuestro propósito común de evitar una nueva oleada de inflación». Sobre el sistema monetario repite las posiciones de Rambouillet. insistiendo en la necesidad de mantener la estabilidad. Igualmente vuelve a condenar las veleidades proteccionistas y rehúye el tema energético. limitándose a declarar que «nos esforzaremos en desarrollar, preservar y utilizar racionalmente los diversos recursos energéticos».

La tercera «cumbre económica» tuvo lugar en Londres el 7 y 8 de mayo de 1977. Una vez más, los siete participantes se limitaron a afirmaciones de tipo general sobre su acción colectiva en el futuro. Se sigió estableciendo como objetivos la consecución de un desarrollo sostenido sin inflación y la lucha contra el paro. Se condenó el proteccionismo, manifestando la voluntad común de «impulsar vigorosamente la ampliación de las posibilidades de intercambio», concretamente a través de un relanzamiento del «Tokio round», es decir de las negociaciones comerciales multilaterales realizadas en el seno del GATT.

Respecto a las relaciones con el Tercer Mundo. los siete se comprometían a hacer todo lo posible para asegurar el éxito de la Conferencia Internacional de Cooperación Económica. conocida generalmente como conferencia Norte-Sur, así como a incrementar los recursos del Banco Mundial. Otra de las novedades fue la referente a la energía nuclear, que en algún «momento llegó a enfrentar al presidente Carter con sus aliados: la fórmula finalmente aceptada preveía el desarrollo de la energía nuclear para satisfacer las necesidades mundiales, al tiempo que se realizarían estudios para reducir los riesgos de la proIiferación nuclear.

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