Fuerte campaña centrista contra el Gobierno Soares
Prosiguen en Lisboa las grandes maniobras políticas de verano. Mientras las direcciones de los dos partidos de Gobierno se niegan a dramatizar el problema, sus «bases» lo enfatizan. La izquierda socialista habla de golpe de estado constitucional en gestación, mientras la «línea dura» democristiana encara ya la necesidad de un nuevo Gobierno y de un nuevo primer ministro.A nivel oficial, no hay nada nuevo. Mario Soares y Freitas do Amaral siguen reuniéndose diariamente para «reflexionar» y «explorar» las posibilidades de acuerdo dialogado y concertado. Y Freitas do Amaral se declara «moderadamente optimista y dispuesto a hacer todos los posibles para salvar el acuerdo PS-CDS y la actual coalición».
El discurso es bien diferente cuando no se trata de portavoces oficiales, sino de comentadores favorables a una u otra de las tesis en presencia. Una cosa es generalmente admitida: el motivo de la crisis ha sido un repentino cambio de orientación del Partido Demócrata Cristiano, después de su consejo nacional del pasado Fin de semana.
Del lado socialista, parece prevalecer la opinión de que la dirección actual del CDS ha sio víctima de una amplia maniobra orientada a preparar las condiciones para un «golpe constitucional ».
Serían blanco de los ataques actuales el Partido Socialista y el primer ministro, el presidente de la República y la actual dirección moderada y democrática del CDS. Entrarían en la conspiración, en acciones convergentes, tal vez no planeadas de antemano, las asociaciones patronales, la jerarquía católica, los grupos de presión económicos nacionales y extranjeros, los sectores más reaccionarios de las Fuerzas Armadas y los llamados presidencialistas, partidarios de una «democracia musculada».
El diputado Lucas Pires, desde hace tiempo portavoz de la línea dura del CDS, presenta una visión del problema que, de ser mayoritaria -como algunos afirman-, significaría el fin definitivo de la alianza socialista-democristiana.
Para él, a pesar de ser minoritario en el Gabinete, el CDS es su «loco motivado», porque representa el futuro del momento actual de transición, las fuerzas vivas de la sociedad, mientras el PS significa todo lo que pierde y muere, un proyecto condenado y sobrepasado».
«Mario Soares ya no tiene la llave de la situación», afirma Lucas Pires.
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