El republicano Ugo la Malfa, nuevo candidato a la presidencia italiana
En la difícil elección del séptimo presidente de la República, que en los próximos siete años deberá decidir gran parte de la política del país, la noticia de ayer, después de nueve votaciones «negras» en seis días, fue el anuncio del Partido Republicano (PRI) sobre la presentación de Ugo la Malfa como candidato de «unidad nacional».
El secretario general del PRI, Oddo Biasini, declaró a los periodistas que su partido no tuvo nunca prejuicios respecto de ningún candidato, y que está aún dispuesto a respaldar al socialista Sandro Pertini si su candidatura fuese aceptada por la mayoría de los partidos. Pero añadió que puesto que la situación se encuentra en ur punto muerto, el PRI ofrece oficialmente a Ugo la Malfa como posible presidente de la República, capaz de encarnar eficazmente esa política de «unidad nacional».La noticia cayó como una bomba, porque La Malfa estuvo hasta ayer fuera de Roma. De hecho, la prensa le llamaba el «gran ausente». La decisión del PRI se produjo unas horas después de la declaración dela DC, que anunciaba su oposición a Pertini no como político, sino como «candidato presentado por la izquierda contra la Democracia Cristiana».
Ahora el problema resulta aún más grave, porque La Malfa es el candidato menos deseado por el Partido Socialista, ya que entre La Malfa y Craxi se libra desde hace tiempo una verdadera guerra fría. De nuevo se les plantea así una papeleta complicada a los comunistas, quienes votarían con gusto por La Malfa, como lo harían por Zaccagnini, pero saben muy bien que los socialistas difícilmente le votarán. A muchos les parece difícil, pues, que el PCI quiera exponerse a una ruptura con el Partido Socialista, con todas las consecuencias, a medio y largo plazo, que esto podría acarrear.
Pertini, en favor de Zaccagnini
Mientras llegaba el anuncio de la candidatura de La Malfa a Montecitorio, Sandro Pertini reunió a los periodistas para confesarles que, aunque la DC le había puesto el veto, si se presentase Zaccagnini como candidato, el primer voto favorable para el líder democristiano sería el suyo. Fue una provocación a la dirección de su propio partido, porque los socialistas aún reiteraban ayer que no apoyarían a ningún democristiano.
A Giolitti, que había declarado en una entrevista que se necesitaba un presidente que no fuera un «anciano», Pertini le respondió que tenía poca memoria, porque su abuelo fue presidente del Gobierno a los noventa años.
Mientras la opinión pública teme que con estas elecciones se repita el espectáculo de las últimas de Leone, la prensa extranjera recuerda que en Estados Unidos se necesitan dos años de luchas y de intrigas para llegar a preparar una candidatura. Franco Evangelista, subsecretario de la Presidencia del Gobierno, brazo derecho de Andreotti y presidente de la Federación de Boxeadores, dijo ayer bromeando que en el boxeo los diez primeros asaltos no cuentan. La batalla empieza después. De hecho, hoy tendrá lugar la décima votación y todo hace pensar que ahora empieza el «baile».
Aplazado el juicio de Kappler
Por otra parte, nada más comenzar ayer el juicio contra Herbert Kappler y por «ausencia justificada de uno de los inculpados» el tribunal territorial militar de Roma decidió un aplazamiento hasta fecha todavía no determinada.
La incomparecencia se refiere al carabinero Oronzo Pavone, de veintitrés años, que se encuentra internado en un hospital de la capital italiana por complicaciones renales.
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