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Tribuna
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Peligro para el sistema parlamentario

La implantación en nuestro país de un sistema democrático cuyo eje es el Parlamento sufrió ayer un revés o, cuando menos, se puso de manifiesto que el intento no está todavía maduro en los primeros llamados a creer en él: los diputados, de manera especial quienes más brillaron por su ausencia, a pesar de constituir el grupo que respalda parlamentariamente al Gobierno. Los 105 diputados de UCD que se encontraban fuera del hemiciclo a las 11.15 de ayer son demasiados como para atribuir a temas menores tantas ausencias.Todas las picarescas parlamentarias para ganar votaciones o para evitar perderlas pueden tener, si no una justificación, sí al menos una explicación política. Pero es preciso siempre que respondan a una coherencia mínima de planteamiento. Una proposición de ley intentada por un grupo de oposición o por toda la Oposición unida podría suscitar la resistencia del partido gubernamental. En el caso, como el que nos ocupa, de un proyecto de ley gubernamental, la actitud adecuada podría ser, en caso de disidencia con su contenido, promover su retirada, y en caso más lógico de conformidad con el mismo, apoyarlo con los votos. Respecto a las enmiendas de los grupos de oposición, la apelación a los votos parece también la más sana políticamente.

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El PSOE acusa a UCD de boicotear la reforma mediante la ausencia de diputados

Hay que hacer un esfuerzo para creer que más de un centenar de ausencias se deban exclusivamente a obligaciones de los diputados en provincias, a cansancio ante una semana parlamentaria programada poco felizmente o a problemas de plazas de avión. Sí parece seguro que la reforma fiscal de Fernández Ordóñez es asumida por el Gobierno y por los máximos representantes del grupo parlamentario. La cuestión es: ¿controla la cúspide de UCD todas las tendencias y corrientes que alberga en su seno, a algunas de las cuales no parece estusiasmar una reforma fiscal protagonizada por el ala socialdemócrata?

Pero éstas serían cuestiones a dirimir dentro de UCD sin poner en peligro, como ayerse puso, la credibilidad en el Parlamento.

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