"Street Legal", el nuevo y espIéndido álbum de Bob Dylan
Es difícil enfrentarse con un elepé que marca la vuelta gloriosa de Dylan en el seno de una gira monstruo y de una expectación como pocas veces se ha desatado en torno a un cantante de rock. Street Legal, es su título.
Porque eso es Dylan en estos últimos coletazos de la década, un rocker de nuestro tiempo. Atrás, sumergida en el seno de sus veintiún elepés yace una historia de contestación, de escándalo, de cambios radicales, de altibajos: la historia del rock.Dylan no ha vuelto para recrearse en el pasado. Street Legal sin embargo, no renuncia a él. Tal vez como en ninguno de los últimos discos Dylan sea tanto el mismo y las canciones que aquí se contienen son los últimos brotes de un árbol que hunde sus raíces en I want you o 61 highway revisited.
Y el disco comienza con un órgano que nos retrotrae a aquellos años, a unos tiempos en los que Dylan maravillaba, asombraba, enternecía, asustaba. Changing the guards no es Like a Rolling Stone, no es Sad eyed lady Of the Lowlands. No, no es nada de aquello y, sin embargo, surge una sonrisa de agradecimiento cuando se escucha el estallido hoy y ahora de un pasado que se deposita en los recuerdos y en las piedras. El texto salta hecho. añicos en los suelos de algún soñador, su sentido es innecesario, su fuerza no reside en la lógica.
Pero Dylan sigue sabiendo que en el fondo del blues se encuentra la tristeza entrelazada en sonrisas. Es New pony y sería terriblemente machista si no fuera por su ternura. Dylan está solo y ese hecho se manifiesta a lo largo de todo el album. Es verdad y es brutal una vez que se ha cruzado el umbral de distanciamiento que impone, cada vez más tímidamente, el propio Dylan. ¿Cómo, si no, entender el grito de desgarrado cinismo en No time to think? ¿Cómo, si no, poner en cuestión todos los tabúes-palabras que atronan la realidad impidiendo su canto roto o tal vez, risueño?
Intensidad, intensidad, Baby stop crying. Una vez más, las palabras de Dylan recuerdan a aquel Lady, lady lay, pero también es otro asunto, es otro sentimiento. Bob se ofrece a todos, pero está demasiado lejano, esa es la máxima contradicción, no sólo de él mismo, sino de todos. Todos conocemos el miedo a amar, la desconfianza de amar, todos lo hemos sufrido y Dylan, también. Is your love in vain. «Estás dispuesto/a a arriesgarlo todo, o tu amor es en vano?»
«Hay alguna verdad en todo ello, Señor?» Señor (Tales of yankee power). Los tiempos han cambiado, el antiguo trovador es millonario, su antigua audiencia ha luchado y ha desaparecido en las sombras, pero aún palpita. Lo tiempos han cambiado y la presunta permanece intacta. Desde Basement tapes, Dylan no parecía tan sincero, tan decidido a desnudar sus dudas, su espíritu. Pero todavía hay gente para recogerlas del suelo aunquevengan empaqueta das en sus misrnas paradojas.
True love tends to forget parecerá a muchos derriasiado sentimental, arquetípica, nianida. Y, segura mente, lo es. Da lo mismo, Dylan sigue cantando como nunca, lan Wallace (ex-King Crimson) sigue marcando un ritmo implacable, Billy Cross traza un dulce solo de guitarra y Street Legal sigue siendo un gran disco. En We Better talk this over se nos explica con pelos y señales cómo romper ese amor del que tanto se ha dudado. No hay crítica, sólo exposición, cansancio, pena. Y para finalizar vuelta al pasado presente. Where are you tonight? (Journey trough dark heat). Todos los demonios y los ángeles se desatan de cadenas celestiales y corren por las calles de la ciudad. Eso es lo que ocurre en la realidad. No hay cielo, no hay infierno, hay vida, hay muerte.
Babelia
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