Nueva matanza de, cristianos de Líbano
Una nueva masacre en la cual fueron víctimas veintiséis miembros del Partido Cristiano Falange tuvo lugar en la localidad católica de la Bekkaa, en Líbano, en medio de un clima de tensión que recuerda los peores momentos de la guerra civil libanesa.Un comunicado de la fuerza árabe de pacificación (siria) de Líbano indicaba ayer que los agresores habían sido hombres vestidos de civil que se presentaron entre la una y las dos de la madrugada en varias casas de las aldeas cristianas de Ras Baalbeck, Jdeidet Fakha y Qaar, muy próximas a las fronteras sirias, secuestrando y asesinando posteriormente a veintiséis personas.
Los cadáveres fueron descubiertos por la fuerza árabe a la mañana siguiente en un bosque cercano. Muchos de ellos presentaban signos de haber sido torturados. No obstante, el Frente Libanés, del ex presidente Camille Chamun, también cristiano, afirmó que los agresores habían sido «militares no libaneses».
El presidente Elias Sarkis convocó ayer una reunión urgente para tratar la cuestión de la seguridad en el país a raíz de estos asesinatos. Los dirigentes cristianos Camille Chamun y Pierre Gemayel, jefe este último del Partido Falange, han afirmado que «existe una conspiración para exterminar a los cristianos libaneses».
En los medios políticos se resalta, aunque nadie señala directamente a posibles autores de los hechos, que no debe pasarse por alto la proximidad de la expiración del ultimátum dado por el ex presidente Soleiman Frangie -cuyo hijo Tony Frangie fue asesinado a principios de mes por milicianos falangistas- para que todos los falangistas abandonaran este partido o se marcharan de la región. El ultimátum expira hoy, 30 de junio.
La mayoría de los observadores políticos coinciden en señalar la difícil situación que atraviesa Líbano, en donde se implanta de nuevo el desorden en unos momentos en que el Gobierno constituido se encuentra en total discrepancia sobre todo en cuanto a la reorganización del Ejército y los oficiales que han de ser pasados a la reserva o trasladados debido a su actuación en la guerra.
Las discrepancias son, principalmente, entre el presidente y el ministro de Defensa, ambos cristianos, y el jefe del Gobierno, musulmán.
Preguntado sobre la situación del país, el jefe de Falange, Pierre Gemayel, dijo a un periódico libanés que «después de todas las desgracias que nuestro país ha atravesado, lo único que puedo decir es que pido a Dios que lo salve».
Tropas de la ONU en el Sur
Asimismo se informó en Beirut que después de dos semanas de controversias las tropas de las Naciones Unidas lograron ampliar su penetración en las zonas abandonadas por Israel, desplazando alas fuerzas cristianas que se negaban a retirarse. No obstante, las patrullas de la ONU en las zonas de control cristiano no pasan de dos o tres hombres, una presencia que se estima insuficiente, y un portavoz del contingente onusino ha reconocido que ello no significa que sus fuerzas controlen el Sur.
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