Las negociaciones entre España y la EFTA no están en la recta final

Después de un hermetismo de un año, prácticamente desde que se iniciaron las negociaciones entre España y la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA), el nuevo director general de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Aldasoro, que asumió la jefatura de la delegación gubernamental de nuestro país, dialogó durante media hora con los corresponsales españoles acreditados ante las Naciones Unidas, en Ginebra.

El señor Aldasoro, que se caracterizó por la discreción de sus declaraciones, sostuvo que en un comienzo se avanzó rápido en estas negociaciones, destinadas a un desarme arancelario progresivo entre España y los siete países de la EFTA, «porque los temas que requerían más meditación han sido dejados para el final». Sin embargo, con esto no aceptó la insinuación de que las negociaciones estuvieran en la «etapa final».El nuevo jefe de la delegación española sostuvo que lo que se está haciendo es querer aplicar a la EFTA los términos del acuerdo preferencial que firmó España con la CEE en 1970. El asunto, por sabido, no deja de tener importancia, al declarar el señor Aldasoro, en persona, que la EFTA quiere «eso, algo más, eso y mucho más». «Estamos hablando con nuestros interlocutores -sostuvo- de reducciones arancelarias, no de una zona de libre comercio, que es el objetivo final.»

El señor Aldasoro afirmó que en este sexto período de negociaciones «nos estamos acercando al máximo de los deseos de la EFTA, pero naturalmente -agregó- que tenemos que mantenernos en el espíritu de lo que siempre hemos considerado que este acuerdo sea bueno para las dos partes. En otras palabras, que si las concesiones en un momento dado entre la CEE y el Mercado Común, que no son necesariamente industriales, son aplicables a la EFTA, en caso de que solicite mayores concesiones sea bajo un régimen de equilibrio. Tal argumento se opone a las aspiraciones de los siete países de la EFTA que solicitan que las nuevas concesiones que haga España a la CEE operen automáticamente para la Asociación Europea de Libre Cambio, sin que ésta se comprometa a ofrecer a España un trato equilibrado hacia el futuro.

Por otra parte, el señor Aldasoro reconoció lo que circuló en forma de rumor hace veinticuatro horas, en el sentido de que España pidió a la EFTA que se tengan en cuenta los resultados de las negociaciones de la Tokio Round sobre los derechos de base, o sea, ir mejorando cada una de las partes el desarme arancelario, de acuerdo a lo que se vaya acordando en las negociaciones de la llamada Ronda Tokio.

En cuanto a los productos agrícolas, que son motivo de negociaciones bilaterales con los siete países de la Asociación Europea de Libre Cambio (Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia, Austria, Suiza y Portugal), el jefe de la delegación española sostuvo que la tesis de «nuestro Gobierno es que ellos tienen una serie de productos que declaran sensibles o claves, y que excluyen de sus listas. Nosotros -afirmó- no hemos incluido en la nuestra siete productos agrícolas que consideramos también sensibles. Es decir, España -finalizó el señor Aldasoro- también tiene derecho a tener productos sensibles»