Cuarenta personas más, muertas en Rodesia

Otras cuarenta personas han muerto en Rodesia como consecuencia de la escalada en la lucha del Frente Patriótico de Zimbabwe y el Ejército de Salisbury. Entre las víctimas figuran veinte civiles negros y cuatro altos miembros del partido del obispo Muzorewa, que intentaban dialogar con las guerrillas sobre el «acuerdo interno» entre lan Smith y los nacionalistas moderados.Según la versión del mando militar rodesiano, los veinte civiles negros perdieron la vida a manos de las fuerzas de Robert Mugabe, a las que Salisbury también imputa la reciente muerte de doce misioneros ingleses. Las otras diecinueve víctimas son descritas por las fuerzas de seguridad como «terroristas y colaboradores». Un portavoz del Frente desmintió, ayer por la tarde, en Londres, esta versión de los hechos, «posible al amparo de la manipulación informativa que tiene por escenario la capital rodesiana».

Por su parte, el Congreso Nacional Africano Unido (UANC) ha dicho que sus cuatro militantes perecieron la semana pasada en una zona tribal del sureste del país, profundamente infiltrada por los guerrilleros. Los partidarios de Muzorewa, entre los que figuraba un miembro de su comité central, intentaban dialogar con tropas del ZANU para que depusieran las armas, según la declaración de su portavoz.

La intensificación de la guerra en Rodesia, que ya se cobra centenares de vidas cada semana, está siendo utilizada por los conservadores británicos para acorralar al ministro de Asuntos Exteriores, David Owen, al que se acusa de «pasividad» y de «indecisión» en su política hacia la ex colonia.

Las acusaciones e insultos contra David Owen en el Parlamento rodesiano por negarse a admitir formalmente la culpabilidad del Frente Patriótico en la matanza de doce misioneros británicos se reflejan en la Cámara de los Comunes, donde el ala más derechista de la oposición pidió anoche a su líder, Margaret Thatcher, el inmediato envío a Rodesia de un emisario que garantice a lan Smith el pleno apoyo de los tories a su vacilante Gobierno multirracial.