Bulgaria entrega cuatro presuntos terroristas a Alemania Federal
La fulminante extradición por Bulgaria a la República Federal de Alemania de cuatro activistas del Movimiento 2 de Junio, entre ellos dos que figuran en la lista de los «cuarenta terroristas más buscados», ha coincidido con una intensa polémica dentro de la socialdemocracia alemana sobre el problema de los «radicales» y las causas del terrorismo.
Por segunda vez, la policía de un país socialista ha detenido a supuestos terroristas alemanes. El Gobierno de Bulgaria ha enviado a la RFA a los activistas Till Meyer y Gabriele Rollnik, junto con otras dos mujeres no identificadas por el momento. Meyer fue «liberado» de la cárcel berlinesa de Moabit el pasado 27 de mayo por un comando de cinco mujeres. Gabriele y otra muchacha se encargaron de penetrar en la prisión y lograron llevarse consigo a Meyer, tras haber herido a un guardian. Esta audaz operación precipitó la dimisión del ministro federal del Interior, Werner Malhofer, y amenazó la continuidad en su puesto del ministro berlinés de Justicia, Baumann.A diferencia de Yugoslavia, que aún está estudiando las condiciones para otorgar a Alemania Federal la extradicción de otros cuatro activistas, todos ellos de la relación de «más buscados» por la policía alemana, a diferencia también de Holanda y Suiza que han abierto proceso contra otros activistas de la misma organización, Bulgaria ha optado por la solución más rápida y más agradable al Gobierno federal.
Al parecer, un funcionario de policía alemán de vacaciones, identificó a Till Meyer en una playa del mar Negro e inmediatamente lo puso en conocimiento del Ministerio del Interior de Bonn, y de la policía Criminal Alemana (BKA). El Ministerio conectó con las autoridades de Sofía y estas accedieron a colaborar, deteniendo a Meyer y sus tres acompañantes.
Meyer fue trasladado a Berlín donde proseguirá el proceso abierto contra él bajo la acusación de haber tomado parte en la muerte del presidente de la audiencia berlinesa, Drenkmann, y en el secuestro del jefe democristiano de la misma ciudad, Loreriz. En cuanto a Gabriele Rollnik, hija de un policía, también ha sido trasladada a Berlín, de una de cuyas cárceles se fugó en julio de 1976, junto con otras tres comparieras, dos de las cuales están aún en libertad. Rollnik parece que tomó parte en el secuestro del industrial austríaco Palmer, en noviembre de 1977.
El problema de las causas del terrorismo ha suscitado graves tensiones iriternas en la propia Socialdemocracia. Durante una agitada hora de discusión sobre el tema, los miembros del SPD que figuran en el Gobierno tuvieron que soportar la acusación de una mayoría de su fracción parlamentaria en el sentido de que el canciller Helmuth Schmidt y sus colaboradores llevan demasiado lejos la lucha contra supuestas causas del terrorismo, sobre todo en relación con lo que se refiere al control de los «radicales», con lo cual se ha atribuido el Gobierno facultades que van más allá que el Tribunal de Garantías Constitucionales en su sentencia de mayo de 1975 sobre el tema.
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