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Preautonomías

Tarradellas defiende apasionadamente su gestión como presidente de la Generalidad

«Hago público un homenaje de agradecimiento al presidente Suárez y al Rey. La historia los juzgará con gran satisfacción», manifestó Josep Tarradellas en el transcurso de una rueda de prensa marcada, además, por ataques a los dirigentes republicanos Manuel Azaña y Niceto Alcalá Zamora y a «ciertos corresponsales de periódicos de Madrid», así como por la afirmación textual: «los periódicos de Madrid se despiertan ahora con un anticatalanismo que parece imposible en tanto que hablan de libertad».

Tarradellas dio cuenta de la aprobación por parte del Gobierno autónomo de los decretos sobre transferencias de servicios en materia de agricultura, comercio, urbanismo y turismo. Estos servicios no entrarán en su fase de aplicación práctica hasta el primero de octubre, pendientes como están aún de la correspondiente valoración económica.El presidente de la Generalidad se mostró disgustado con las críticas que se dirigían a la marcha de la institución. «Ha hecho más la actual Generalidad en seis meses que la presidida por Francesc Maciá desde el 14 de abril de 1931 al 14 de noviembre de 1932. La República nunca hizo concesiones a Maciá, mientras que hoy sí que se hacen concesiones a Cataluña. Repito que Adolfo Suárez ha hecho más por Cataluña que Manuel Azaña y Alcalá Zamora.» Tarradellas olvidaba, sin embargo, al hacer esta afirmación, el decreto sobre bilingüismo para Cataluña promulgado por Marcelino Domingo, ministro de Instrucción Pública republicano, ocho días después de restaurada la Generalidad.

Otro de los temas tratados por el presidente de la Generalidad fue el de las propuestas socialistas para un relanzamiento de la institución autonómica. Negó la existencia de un memorándum con las propuestas socialistas, añadiendo que este memorándum sólo existía como «una pura fantasía de gente mal informada». En este sentido dos ministros socialistas en el Gobierno catalán confirmaron anoche muy formalmente a EL PAÍS que la entrega del documento tuvo lugar en el transcurso de un encuentro entre los cuatro ministros socialistas y el presidente Tarradellas, y su contenido discutido entre ambas partes. En otro momento de la rueda informativa, Tarradellas dijo: «La Generalidad no necesita relanzamiento, va que no es un producto farmaceutico.»

La negativa de Tarradellas a admitir la existencia del memorándum socialista tiene relación directa con la aceptación de los traspasos antes citados. Fueron los socialistas quienes durante la negociación del memorándum con Tarradellas lograron que los traspasos fueran desbloqueados, precisamente en contra de la voluntad de Tarradellas, quien era partidario de retrasar las transferencias, ya que la inexistencia de competencias para el consejo ejecutivo le confiere mayores atribuciones personales.

Sin embargo, hay que señalar que dos de las materias que serán motivo de traspaso, y cuya importancia resaltó el propio Tarradellas -turismo y agricultura-, quedan adscritas a su directa influencia. Las relativas a turismo porque quedan englobadas en una Dirección General de Turismo, directamente dependiente de presidencia de la Generalidad, y las de agricultura porque caen bajo la competencia del ministro Josep Roig, miembro de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), partido del que Tarradellas fije secretario general hasta 1954 y que se distingue por su fidelidad incondicional a cualquier designio del presidente.

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Solución por teléfono

El presidente de la Generalidad indicó que no viajará a Madrid, ya que los problemas habidos en torno a los acuerdos Suárez-Tarradellas se habían resuelto por teléfono. No obstante, hube de admitir que existía un grave problema con respecto a la concreción de las relaciones entre Tarradellas y los cuatro gobernadores civiles. Como ya adelantó este periódico, las relaciones entre Tarradellas y los gobernadores civiles -y en especial con el gobernador civil de Barcelona, Josep María Belloch- atravesarían un momento difícil. Los gobernadores se opondrían a que Tarradellas asumiera un control personal y directo sobre ellos. Un dato revelador lo constituye el hecho de que el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, recibiera a los enviados de Tarradellas designados para tratar este tema -Bricall y Sureda- en presencia de José María Belloch. Con respecto a la continuidad o no de las diputaciones catalanas, Tarradellas empleó las mismas argumentaciones que empleara tiempo atrás el búnquer franquista para oponerse a su desaparición. «El traspaso de funciones de las diputaciones a la Generalidad -dijo- y su posterior desaparición no es nada fácil. Plantea un problema político muy delicado; deben ser oídos los interesados, es decir, sus diputados y sus presidentes.» Ello es precisamente lo contrario a lo manifestado hace quince días por Jordi Petit, portavoz de la comisión mixta diputaciones-Generalidad. Según el portavoz no existían problemas políticos y sólo dependía de Tarradellas dar curso a los acuerdos de la comisión mixta sobre los traspasos. El mantenimiento, pues, de las estructuras franquistas de las viejas diputaciones. sólo se correspondería con los deseos de Tarradellas de convertir estas estructuras franquistas en un punto de apoyo personal con fines electoralistas.

Oposición a que visite Tarragona

Un total de diez partidos políticos de las comarcas del bajo Ebro, en un amplio espectro que abarca desde Falange (auténtica) hasta la Organización de Izquierda Comunista -pasando por UCD, AP, CDC, socialistas y comunistas-, han hecho pública su oposición al viaje que Tarradellas piensa emprender el próximo sábado a aquella zona.

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