García Valdés "La sociedad y el Parlamento deberán asumir su parte de responsabilidad"

Los grupos parlamentarios sin excepción, desde Alianza Popular a los comunistas, pasando por Unión de Centro Democrático, socialistas, Minoría Catalana y Grupo Mixto, expresaron ayer su apoyo a la gestión de Carlos García Valdés, director general de Instituciones Penitenciarias, en relación con el problema de las cárceles españolas y a la reforma penitenciaria que propugna.

El señor García Valdés, que compareció ante la Comisión Especial de Instituciones Penitenciarias del Congreso de Diputados, para informar de la actual situación de las cárceles, anunció que el proyecto de ley General Penitenciaria, en espera actualmente de ser informado por la Comisión General de Codificación, será presentado próximamente al Consejo de Ministros.El director general de Instituciones Penitenciarias expresó su esperanza de que la citada ley sea el marco adecuado para la solución de los problemas que aquejan a las cárceles españolas, y manifestó que, a partir de ahora, tanto la sociedad como las fuerzas parlamentarias deberán tener su parte de responsabilidad en este tema. «Yo por supuesto -dijo-, asumo la mía, pero en el tema de las cárceles yo no quiero ser otra cosa que el director general de la parte razonable del país.»

Tras hacer una breve historia de los últimos conflictos (sobre la reciente muerte de un preso en la cárcel de Carabanchel precisó que pronto habrá resultados positivos respecto a los autores del hecho), el director general de Instituciones Penitenciarias expuso las normas contenidas en la última circular enviada a las direcciones de las prisiones. En general, dichas normas, sin poner en cuestión los principios y los métodos de la actuación que se viene realizando hasta ahora, hacen una mención expresa a las medidas disciplinanas que han de ponerse en práctica cuando se agote la vía del diálogo.

«Sigo manteniendo -dijo el señor García Valdés- el principio de cogestión, que es distinto al de autogestión, pues en las cárceles no van a mandar los presos más violentos.»

El señor García Valdés, quien afirmó que muchos presos disponen de cantidades de dinero inconmensurables, se refirió a las fugas, a las que se han producido y a las que se han evitado, y añadió que su objetivo actual, en lo que se refiere a este tema, es que no se escape un preso más, «porque me doy cuenta -dijo- del efecto desestabilizador que este hecho tiene». Su objetivo general, según manifestó, es sacar la reforma penitenciaria adelante y evitar dar bazas a los desestabilizadores de la democracia.

El señor García Valdés, tras reconocer que los funcionarios le están apoyando en su labor reformadora más que la minoría de presos con la que entró en contacto al comienzo de su gestión, anunció que existe un proyecto de decreto que reconoce el derecho de asociación profesional de los funcionanos, con las limitaciones pertinentes al hecho de ser un cuerpo arniado. Respecto a las asociaciones de presos manifestó que veía difícil su legalización, pero se manifestó propicio a dialogar con interlocutores válidos, pertenezcan o no a asociaciones. « Lo que no voy a tolerar -dijo- es la mafia en las prisiones, a aquellos que, mientras dialogaba con ellos, hacían los túneles por los que se escapaban.»