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Isabel II y Callaghan reciben hoy en Londres a Nicolás Ceaucescu

Cinco años de discretas negociaciones culminan hoy con la llegada a Gran Bretaña del jefe del Estado rumano, Nicolás Ceaucescu, que se convierte así en el primer líder de un país perteneciente al Pacto de Varsovia que efectúa una visita de Estado a Londres. Ceaucescu y su esposa Elena permanecerán tres días en la capital británica, donde el aparato protocolario ya ha desplegado sus mejores galas. El dirigente socialista recorrerá en carroza con Isabel II el trayecto entre la estación Victoria y el palacio de Buckingham, adornado como en las mejores ocasiones.Scotland Yard ha montado un gran despliegue policial para cubrir esta visita excepcional y controlar las presumibles manifestaciones anticomunistas que saldrán al paso de la comitiva. Exiliados de países de Europa del Este ya han anunciado su intención de protestar contra la presencia de Ceaucescu.

El papel singular que Rumania desempeña en el contexto del bloque oriental es el principal argumento del Gobierno británico para haber perseverado en una maniobra de, aproximación que fue perfilada por los conservadores en 1973. Bucarest, en efecto, sostiene una política exterior virtualmente independiente de la de Moscú. Reconoce al Estado de Israel, pero mantiene buenas relaciones con los árabes. Preconiza unas relaciones internacionales basadas en una política de no interferencia, es un interlocutor privilegiado de Pekín y a la vez mantiene abierta una «Iínea directa» con el Kremlin. Pertenece al Comecon, pero también al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. En territorio rumano, además, no hay tropas soviéticas, y Ceaucescu fue el único dirigente socialista que, junto con Albania, condenó abiertamente la intervención soviética en Checoslovaquia, en 1968.

Esta dualidad del régimen rumano y la vocación mediadora de su máximo representante van a estar en el centro de las conversaciones entre el primer ministro británico y Nicolás, Ceaucescu. En la nueva escalada de tensiones entre el Este y el Oeste, al señor Callaghan le gustaría desempeñar un papel de «hombre bueno» similar al asumido por el líder rumano. Londres, naturalmente, intenta acentuar también la independencia de Rumania en el campo socialista y, suplementariamente, proveerse de una «cabeza de puente» económica en sus relaciones con el bloque oriental.

Negocios

Las relaciones comerciales son el otro componente básico de la visita que comienza hoy, cuyo fruto inmediato podría ser la conclusión de un contrato que reportaría 15.000 millones de pesetas a la industria aeronáutica británica. Bucarest está interesado en el avión comercial BAC 1-11, que construye British Aerospace y monta motores Rolls Royce. Un producto inicial para la construcción bajo licencia británica de 82 unidades en las cadenas de montaje rumanas fue firmado el año pasado y desde entonces han proseguido las negociaciones. Ceaucescu visita el jueves las instalaciones de Bristol, donde se fabrica el aparato, y asistirá también a una exhibición privada de los aviones de combate Tornado y Harrier, el último de los cuales Londres quiere vender a la República Popular China.

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