Un muerto por la policía durante la fiesta nacional portuguesa
Un joven de diecinueve años resultó muerto a tiros y varios otros heridos como resultado de la intervención de la policía en el curso de incidentes ocurridos ayer en Lisboa.Los enfrentamientos se produjeron al pie del monumento al poeta Camoens, en el centro de Lisboa, donde una organización derechista había convocado una manifestación. Un centenar de contramanifestantes, en su mayoría jóvenes provistos de armas rudimentarias, intentaron interrumpir el acto al grito de «muerte al fascismo».
Según testigos oculares, la policía de seguridad disparó contra los contramanifestantes cuando éstos huían perseguidos a pedradas por los derechistas.
Estos incidentes enlutaron las conmernoraciones del Día de Portugal, que se celebro este año en la ciudad de Portalegre en presencia del jefe del Estado, del primer ministro y de numerosas personalidades civiles y militares. La extrema derecha había anunciado su intención de transformar la fiesta nacional en manifestación de homenaje a los ex combatientes de las guerras coloniales portuguesas en África.
Pasa a página 3
La derecha portuguesa logró recuperar la antigua fiesta nacional
(Viene de la página primera.)El nombre dado a la fiesta nacional -«Día de Portugal, de Camoens y de las Comunidades Portuguesas»- y el programa de las celebraciones, reflejan la ambigüedad de las actitudes del nuevo régimen protugués en relación al pasado remoto y próximo.
El aniversario de la muerte de Camoens, y las estrofas más exaltantes de Los Lusiadas fueron, bajo el régimen salazarista, puestos al servicio de la ideología oficial. Sirvieron para exaltar la grandeza del imperio, del «Portugal multirracial y extendido a través de los continentes», y para justificar el «orgullosamente solos» de una dictadura sentada en el banquillo por las democracias del mundo entero.
No es de extrañar, pues, que el régimen surgido de la Revolución de Abril decidiera cambiar al 25 de abril la fecha de la fiesta nacional, y así sucedió hasta el año pasado.
Pero la decisión no fue unánimemente aceptada. La derecha y la extrema derecha no se atrevían todavía a decir en voz alta que el 25 de abril era más bien «un día de luto», preludio del «desastre nacional» y de la traicionera liquidación del imperio. Pero se protestó contra el menosprecio hacia Camoens, se señaló el dedo de Moscú y de los comunistas detrás de esta empresa de «destrucción de las mayores glorias de la cultura nacional y del patriotismo lusitano». Estas protestas encontraron eco entre los viejos republicanos y muchos miliantes del Partido Socialista. ¿Cómo olvidar, en efecto, que las celebraciones del cuarto centenario de la muerte de Camoens, organizadas por la oposición republicana, señalaron el arranque del movimiento que llevaría a la revolución de 1910, que derrumbó la monarquía?
Se decidió, en 1977, dar un nuevo brillo al aniversario de la muerte de Camoens, colocando las celebraciones bajo el signo de la comunidad cultural lusitana, y rindiendo homenaje a las numerosas colonias de emigrantes portugueses a través del mundo, tan influyentes políticamente y cuyas transferencias siguen siendo de fundamental importancia para la maltrecha balanza de pagos portuguesa.
Así nació el «día de Camoens y de las Comunidades Portuguesas», para el cual se derrocharon, el año pasado, las iniciativas culturales y los dineros públicos, sin mucho éxito.
La oposición no se dio por satisfecha y consiguió del presidente Eanes la reposición de la Fiesta Nacional para el primero de junio. Para no dar a esta concesión el aspecto de una «restauración» y no traer a las mentes democráticas malos recuerdos, se optó por un compromiso.
Al 25 de abril, «día de la libertad» las ceremonias protocolares y el desfile militar de la antigua fiesta nacional. Para el primero de junio. restaurado como «día de Portugal», el esquema descentralizador y el carácter acentuadamente cultural del «día de Camoens y de las Comunidades».
Un resultado ambiguo, que no satisface a nadie, a pesar de los esfuerzos desplegados, este año, en Portalegre y, veinte ciudades de todos los continentes y que de alguna manera, está en el origen de los qraves incidentes ocurridos ayer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.