Enseñanza

No se puede dudar de que la enseñanza es un servicio público y la verdadera libertad de la misma es que sea asequible. Considero una utopía la libertad que se basa en la pluralidad de centros, puesto que la mayoría de las familias españolas no pueden permitirse el lujo de enviar a sus hijos al colegio preferido, por múltiples razones, como son las de residencia, económicas, etcétera.Por otra parte, creo que es posible una enseñanza válida para todos los españoles, cualesquiera que sean su raza, clase social, credo religiosos e ideología política, y no solamente la considero posible, sino sumamente buena para las relaciones y la solidaridad entre los españoles, porque nadie discute que una cultura común estrecha los lazos entre los hombres.

Una escuela donde se imparta lenguaje, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, etéétera, y se instruya de las confesiones religiosas más importantes, es apta para una formación integral y de ella pueden salir los futuros hombres; con una preparación que les permita decidir inteligente y libremente su problema vocacional y de conciencia.

Los hombres sólo son libres cuando se les forma no con fines proselitistas, sino instruyéndoles objetiva y desinteresadamente de las diversas opciones para que puedan decidir conscientemente.