_
_
_
_

Ya no es delito abortar en Italia

Juan Arias

Si teóricamente la cuestión del aborto es fácil, en la práctica será más bien difícil. El «frente laico» abortista está preocupado. Los dos motivos concretos que impedirán, en la práctica, a tantas mujeres poder abortar son los siguientes: la carencia de estructuras médicas territoriales, a nivel de «consultorios» y la obstrucción que harán muchos médicos acogiéndose a una cláusula de la ley que permite a un médico, «por motivos de conciencia», negarse a practicar el aborto. A esta misma objeción pueden también acogerse las clínicas religiosas.Por lo que se refiere a la falta de estructuras sanitarias, el problema es evidente, porque en Roma, por ejemplo, hay que hacer cola para poder operarse, y los enfermos se amontonan en los pasillos de los grandes hospitales. Y las clínicas privadas cuestan un ojo de la cara. Estos hospitales, que no saben dónde meter a los enfermos graves, no han visto con buenos ojos que una mujer, para abortar, deba ocupar una cama.

Más información
Un largo y polémico debate

Pero el problema más grave es la reaccion que están demostrando los médicos. Tienen un mes de tiempo, a partir de hoy, para declarar la «objeción de conciencia». Pero ya desde ayer se está multiplicando la lista de médicos famosos que han hecho declaración de «anti-abortistas». El primero ha sido, nada menos, que el doctor Franco Krainz, presidente de la Sociedad Italiana de Ginecología. Le ha seguido Giovanni Battista Candiani, director de la primera clínica obstétrica de Milán, Mangiagalli. En el sur se teme que centros enteros de población se queden sin un solo hospital donde poder abortar.

¿Oportunismo o ética?

En Roma todas las clínicas religiosas han anunciado que sus puertas estarán cerradas para todo tipo de aborto. Y de todo el personal médico se calcula que sólo un 10% estará dispuesto a colaborar con la nueva ley.La opinión pública está un poco amoscada con esta lluvia de «objetores de conciencia» y se pregunta si se tratará verdaderamente de un problema ético y religioso o de otra cosa. Como escribía ayer el vespertino comunista de Roma, Paese Sera: «Aquí no se trata sólo de objetores de conciencia, los cuales según la ley no tienen el derecho de bloquear los hospitales. Se trata de médicos que temen que les au:mente el trabajo, o que pueden perder prestigio profesional o que puedan perder económicamente.»

La Stampa, de Turín, dice también que junto a los objetores de conciencia existen quienes se oponen «por oportunismo, para que no se cierre el mercado privado del aborto y por medio a no hacer carrera».

Presiones de la Iglesia

Mucho influjo en los médicos está ejerciendo la actitud dura del Papa y del Episcopado italiano, que no pierden ocasión para recordar a quienes intenten abortar y a cuantos contribuyan a que se realice el aborto que pecan gravemente contra la moral católica.El más intransigente es el cardenal Benelli, arzobispo de Florencia, que el domingo pasado organizó en la basílica de Santa Anunziata una «reunión de oración» para expresar la solidaridad a todo el personal médico y paramédico contrario a realizar el aborto. Benelli ha llegado a hablar de excomunión para los católicos.Mientras tanto, en el mundo jurídico se está abriendo un debate acerca de la posible «anticonstitucionalidad» de la cláusula de la ley que permite a los médicos negarse a realizar la intervención quirúrgica del aborto por motivos morales o religiosos. Se piensa que si esto se aplicase también ajueces, abogados, policía, etcétera, se paralizaría el país. El tema, por lo menos, es polémico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_