Los halcones peregrinos
Hace una semana estaba paseando en un lugar de la provincia de Guadalajara, donde se encuentra un nido de halcón peregrino. Unos jóvenes voluntarios vigilan este nido para evitar que desaprensivos españoles y alemanes roben los pollos para la cetrería, como ha ido ocurriendo durante muchos años, lo que ha llevado a esta bella especie al borde de la extinción.Me explicaron que la persona que se atreviera a robar o dañar un pollo estaría sancionada con una multa de 90.000 pesetas por pollo y que pudiera ser mucho más en el caso de haber robado otros en años anteriores. La colaboración de los guardas del Icona y de la Guardia Civil fue solicitada por Adena en la «Operación halcón».
Ocurrió un hecho que me asombró y me llenó de indignación. Llegó un coche de la Guardia Civil para realizar ejercicios de tiro durante más de dos horas, precisamente a unos metros del nido de halcón. A pesar de que los jóvenes les explicaron el peligro enorme que esto suponía para los pollos, los guardias civiles dijeron que lo hacían cada año, que no había ningún peligro y que se les avisara cuando uno de los pollos se cayera del nidopara cesar entonces los tiros... Debo añadir que, a tres kilómetros de aquel lugar, hay otro sitio idéntico para realizar tiros, donde no hay nido de halcón.
Fue más, después de haber terminado de tirar, se fueron dejando docenas de botellas rotas en el campo. Las habían puesto encima de palos con el fin de usarlas como dianas, y aquel sitio está ahora cubierto de cristales rotos. Este acto tan estúpido me parece imperdonable de parte de personas que representan la autoridad.
Me parece increíble que por una parte haya gente pasando frío, soportando lluvia, a veces hambre durante dos meses para evitar la extinción de una especie, más los gastos que implica esta operación, y que, por otra, la colaboración de la Guardia Civil sea de este tipo.
¿Para que sirve una ley de protección total a las rapaces si por otra parte se compromete de tal forma su reproducción?
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