El Banco de España presiona a la banca para implantar las auditorías contables

El Banco de España está dispuesto a patrocinar con la máxima energía la inspección de los balances de los bancos por auditorías independientes, según se ha informado a EL PAIS en medios próximos al banco emisor. Estas inspecciones tendrían carácter voluntario, en todo caso, pero están siendo recomendadas ya con vivo interés por el Banco de España, de modo particular entre aquellos bancos que más posibilidades tienen de pasar a engrosar las filas de la Corporación Bancaria.

En el Banco de España se intenta, por otra parte, desdramatizar al máximo en estos momentos la situación bancaria, y se señala que esta sugerencia de someter los balances bancarios a auditorías independientes es una práctica habitual en otros paísesFuentes bancarias han manifestado que esta práctica de las auditorías debería beneficiar antes que a nadie a los propios bancos, ya que tendrían en sus manos un valioso instrumento de control de calidad o garantía de solvencia que los propios bancos podrían utilizar como instrumento de marketing frente a sus clientelas.

Las empresas que realizan estas funciones en otros países desarrollados cuentan con un notable prestigio, sobre todo las empresas americanas e inglesas, que tienen un sistema propio de seguros para cubrir eventuales responsabilidades en las que pudieran incurrir por quebrantos de entidades financieras a las que habían aprobado sus balances.

Algunos bancos españoles, a raíz de la petición de colaboración realizada por la Administración tributaria, han comenzado a poner sus cuentas en línea con las nuevas exigencias de la reforma fiscal. Pero esta actitud dista mucho de estar ampliamente generalizada. La salubridad contable de los bancos españoles preocupa a las autoridades monetarias y a algunos empresarios bancarios, y, las sugerencias tendentes a generalizar esta práctica se van a multiplicar a corto plazo.

Por otra parte, medios bancarios especulaban estos últimos días sobre el alcance político de la operación que se atribuye al Gobierno, especialmente a Fernando Abril Martorell, según la cual el actual equipo dirigente desearía drenar la influencia del sector bancario privado sobre la economía e imponerle un cierto grado de disciplina. El hecho de que algunos interpreten la publicación del affaire Coca como una campaña política patrocinada por el señor Abril Martorell ha creado un cierto clima de suspicacia en algunos medios bancarios, aunque en otros se estima como evidentemente exagerada esta pretensión.

Entre los que temen una batalla del Gobierno contra la banca y la materialización de ciertas presiones se señala que el Gobierno querría conseguir un descenso en los tipos de interés bancario, que se estiman como elevados en estos momentos y que están frenando un cierto relanzamiento de la actividad económica, objetivo que perseguiría el equipo económico para los próximos meses y en el que espera un notable protagonismo bancario.

A corto plazo, medios bancarios señalan que este descenso de los tipos de interés resulta ilusorio, ya que las tensiones de liquidez están aumentando de nuevo y en las próximas semanas asistiremos a una mayor agudización de la dureza en el mercado interbancario. Este aumento en los tipos de interés estaría motivado por el inicio de la campaña agrícola y las necesidades de financiación. Según estimaciones solventes, la campaña inmovilizará alrededor de 130.000 a 150.000 millones de pesetas durante los tres meses de campaña lo que forzará probablemente un endurecimiento del mercado de dinero y el consiguiente aumento de los tipos de interés.