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Tres nuevos territorios preautonómicos

La región castellano-leonesa nace mutilada

Un mes después del aniversario de la derrota de Villalar que concentró a casi 200.000 castellano-leoneses en un afán de pedir la autonomía que nunca llegaba, el Gobierno aprobó, en su reunión de ayer, el decreto-ley que regula el autogobierno provisional de Castilla y León.

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Acaso la nota a destacar de este texto jurídico es la definición del territorio de la región y la ausencia, al menos momentánea, en el ente preautonómico de tres de las provincias que se considera que forman parte de la región. Según el artículo segundo del decreto-ley se crea el Consejo General de Castilla y León en base a la organización de las provincias de Avila, Burgos, León, Logroño, Palencia, Salamanca, Santander, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Sin embargo, Santander, León y Logroño se han mantenido al margen del proceso negociador de la preautonomía y con mayor o menor intensidad mantienen sus aspiraciones a convertirse en regiones autónomas uniprovinciales.Ante la perspectiva poco optimista que para las provincias-región se desprende del proyecto constitucional, el decreto-ley ayer aprobado por el Gobierno deja la puerta abierta a estas tres provincias para su posible incorporación al ente preautonómico castellano-leonés.

Ayer mismo los parlamentarios de Santander se reunieron con el fin de elaborar las bases de un proyecto preautonómico para su circunscripción, pero no es probable que el Ministerio para las Regiones, que se ha negado a las pretensiones negociadoras de los parlamentarios de Logroño, entable una negociación con Santander, cuando hasta el proceso de las provincias-región históricas, Asturias y Murcia, ha sufrido un frenazo a la espera del debate constitucional sobre las autonomías.

Por otra parte, la aspiración de sectores políticos leoneses de crear una región con Salamanca y Palencia es, desde ayer, menos posible que nunca.

Los órganos del Consejo General de Castilla y León son el Pleno y la Junta de Consejeros. El Pleno es el órgano supremo de representación del Consejo y podrá delegar en la Junta de Consejeros como órgano ejecutivo.

En la composición de los órganos de gobierno se distinguen, como en todos los demás textos preautonómicos, dos fases: la anterior y la posterior a las elecciones municipales.

En la primera fase, el Pleno estará formado por cuatro miembros por cada provincia incorporada, elegidos por y entre los parlamentarios. El presidente será asimismo parlamentario y son electores los diputados y senadores que integran el Consejo. Además de la representación parlamentaria, el Pleno se compone de un miembro por cada una de las diputaciones incorporadas. Una vez celebradas las elecciones locales, la representación de las diputaciones se eleva a cuatro por cada una de ellas.

La Junta de Consejeros se forma también en base a representación parlamentaria y de las diputaciones; éstas incrementarán su presencia en la Junta, hasta un representante por diputación, después de las elecciones municipales.

La región castellano-leonesa es la más extensa de cuantas componen el mapa regional español y una de las menos pobladas. Su territorio equivale al 18,8% de la geografía nacional, mientras su población apenas alcanza el 7,7% del total español. La sangría de hombres de Castilla no ha hecho más que incrementarse a lo largo de este siglo, lo que se contradice con la imagen que se tiene de esta región como paraiso del centralismo. La renta per cápita de la región se sitúa en un lugar intermedio respecto a las demás regiones.

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