Italia superó claramente a Francia

El mal sabor de boca que dejó a todo el mundo el partido inaugural quedó compensado de sobra con el encuentro Italia-Francia, primero del grupo I. Fue un ejemplo, sobre todo en la primera parte, de cómo se debe jugar a los espacios libres, al desmarque de los extremos. La victoria de Italia fue justa, pues supo reaccionar tras el gol francés, marcado antes del minuto de juego, y también porque aprovechó su mejor defensa.El partido no pudo empezar con mejores auspicios de espectáculo. El primer gol galo fue todo un ejemplo del fútbol clásico por los extremos. Italia contestó a continuación de parecidas maneras, pero no tuvo suerte en los remates.

Ambos equipos jugaron con unos esquemas de 4-3-3 muy elásticos, aunque Francia lo hizo con más rapidez al principio en sus hombres punta. Italia, que también abrió continuamente el juego por las alas, acabó sacando fruto de sus centros para encontrar la cabeza de Bettega, al fallar en la ocasión del gol del empate Trésor.

No importó que en el centro del campo su figura, Antognoni, se mostrara a muy bajo nivel ante Guillou, pues la francesa, Platini, tampoco tuvo su día, por el molesto marcaje de Tardelli. La ventaja italiana fue que el veterano Benetti pudo con Michel y de ahí que Italia, poco a poco, dominara en el campo. La entrada de Zaccarelli por Antognoni, en la segunda parte, acabó por decantar el partido a su favor. Luego de unos primeros minutos de continua presión transalpina llegó el segundo gol, y ya se sabe que cuando Italia manda en el marcador el catenaccio hace el resto. Francia ya no logró más que forzar varios corners seguidos y lanzar dos tiros peligrosos en los últimos cinco minutos, por medio de Berdoll y Bossis. Las entradas de dos hombres de ataque no solucionaron gran cosa a Francia, que si empezó con rapidez en el juego terminó con demasiada premiosidad y agarrotada en la tela de araña defensiva italiana. Italia, incluso, pudo aumentar su ventaja con dos contraataques de Rossi y Zaccarelli.