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Escándalo en Italia por la detención de artistas

Juan Arias

El gran mundo de la lírica italiana ha sido sacudido por un verdadero terremoto. Más de veinticuatro personajes, desde el director del teatro de la ópera de Roma, Gioacchino Lanza Tomasi, a Sylvano Bussotti, el mayor exponente de la música de «vanguardia», hasta el gran maestro Francesco Sicillani, se hallan en la cárcel acusados de corrupción y de estafa al Estado.

El nudo de la cuestión es el siguiente: una ley de 1967 prohibía en Italia reclutar cantantes a través de agencias que sirvieran de intermediarias. Parece que no se ha respetado esta ley, sino que las agencias se quedaban con casi la mitad del dinero del contrato.

La acusación partió del semanario fascista Il Borghese. La verdadera causante de la historia parece ser la cantante frustrada Silvia Sabastiani, la mujer del abogado que ha levantado la polvareda y que ha dado pie a la Magistratura para llevar a la cárcel al gran mundo intelectual de la lírica italiana. El abogado ha declarado, feliz: «El nuestro ha sido un acto de rebelión contra un sistema que actúa desde hace treinta años. El arte no debe ser contaminado con sucios intereses de corrupción.»

Todas las fuerzas políticas pusieron de relieve, ayer, que se puede tratar de una maniobra de la derecha contra la nueva gestión abierta del teatro italiano.

Los principales detenidos son Gioacchino Lanza Tomasi, director artístico del Teatro de la Opera de Roma y ex director de la Academia Filarmónica romana; Francesco Siciliani, director artístico de la Academia de Santa Cecilia, de Roma; Sylvano Bussotti, el exponente más original de la música de «vanguardia» italiana, director, coreógrafo, escenógrafo. Es director de la Fenice; Nino Bonavolonta, director del conservatorio musical de Caller (Cerdeña).

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