Ambiente festivo y triunfalista
En un ambiente festivo y triunfalista, con unos torillos mansos y colaboradores con los toreros, se ha pasado una tarde de toros que recordaba la época de los 60. Muerto el tercer toro, desatado el triunfalismo, los tres diestros fueron obsequiados con múltiples regalos avícolas, vivos y disecados. A la hora de enjuiciar la corrida, es difícil recordar algo. Los tres espadas han estado en figuritas. Tópico es hablar de la técnica de El Viti, de su maestría y amaneramiento. Al primero lo sacó a los medios con unos magníficos pases por bajo, con el remate impecable del de pecho; para hacer luego una faena vulgar y adocenada. En el cuarto puso gran voluntad y entrega para meter en la muleta a un toro tardo, cosa que logró a base de perseverancia.Paquirri está con mucho sitio, perfectamente recuperado de su cogida, con grandes facultades. Estuvo en los dos toros muy a gusto, los banderilleó desahogado y toreó con facilidad, pero vulgarcito, sin hondura. Con la espada mostró ser el mejor estoqueador del momento, mató a los dos toros de dos grandes estocadas.
Plaza de Aranjuez
Toros de Carlos Núñez: en general terciados, justos de luerza, todos tomaron una sola vara, excepto el sexto, que tomó tres. Nobles en la muleta. El Viti: palmas. Dos orejas, una entregó al alguacil. Paquirri: dos orejas. Dos orejas. Niño de Aranjuez: dos orejas y rabo. Palmas.Hubo un lleno total. El presidente, complaciente, fue un espectador más a la hora de conceder trofeos.
El Niño de Aranjuez hizo lo mejor con el capote, unas verónicas y media al tercero de la tarde. Con la muleta estuvo fino y aseado; sigue en una línea de torero que apunta cosas muy buenas, sobre todo el toreo a dos manos. En el último, manso y abanto, le faltó corazón para poderle. Era perfectamente toreable por el pitón derecho.
