La fuga de presuntos terroristas afecta la estabilidad de la coalición alemana
La cuarta operación de rescate de presuntos terroristas a cargo de militantes extremistas que se ha producido en Berlín occidental en ocho años, parece que traerá serias consecuencias a la coalición de Bonn y, con toda seguridad, al Gobierno berlinés.
Las circunstancias de la liberación de Till Meyer han dejado al descubierto, por ahora, graves fallos en el sistema de seguridad de una de las cárceles más seguras del país, la de Moabit, en cuyos trabajos para dotarla de garantías contra fugas se gastaron últimamente ocho millones de marcos.Estas obras fueron ordenadas por el ministro de Justicia berlinés, senador Baumann, cuya dimisión pide ahora la Democracia Cristiana en pleno.
Hace dos años su predecesor en el cargo, Oxford, se vio obligado a renunciar al puesto a raíz de la fuga de otra prisión berlinesa de cuatro mujeres, todas ellas militantes del movimiento «Dos de Junio». Dos meses antes, otra mujer liberaba a Andreas Baader por procedimientos parecidos, disparando a quemarropa contra sus guardianes, cuando el fundador de esta corriente extremista se encontraba en las dependencias universitarias bajo vigilancia, realizando un trabajo académico.
El señor Baumann había encabezado hacía dos días un grupo de políticos liberales berlineses que pidieron la dimisión del ministro federal del Interior, Maihofer, por considerarle inoperante y por haber ordenado éste el control de más de doscientas organizaciones democráticas de izquierda. La directiva socialdemócrata desautorizó ayer a los liberales berlineses por esta actitud contra el también libe ral Malhofer, aunque contra é también se ha manifestado el portavoz de su partido para asuntos de seguridad interior.
De un tiempo a esta parte, concretamente desde la muerte de Hans-Martin Schleyer, prolifera en este país la fórmula de «extrae consecuencias», entendida bajo ella la dimisión por razones de estado. El incidente de la cárcel berlinesa de Moabit (la liberación de Meyer por dos mujeres armada que no fueron sometidas a registro por razones aún desconocidas) se convierte por momentos en la ocasión de iniciar la cadena. Según la oposición democristiana, los eslabones serían el senador Bauniann el alcalde-gobernador de Berlín Stobbe; el ministro del Interior de la misma ciudad, Ullrich; también si no localiza a Meyer y a sus salvadoras, el ministro federal Malhofer, aunque se siente más seguro tras algunas detenciones de supuestos terroristas alemanes en el extranjero (los últimos cuatro en Yugoslavia).
Estos presuntos terroristas son Brigitte Morihaupt, Rolf-Clemens Wagner, Peter Boock y Sieglinde Hoffmann y las autoridades alemanas solicitaron oficialmente a Belgrado la extradición.
Los cuatro fueron detenidos por la policía yugoslava antes del 20 de mayo y no se conocen aún los pormenore s de su captura.
Brigitte Monhaupt se encuentra entre los primeros nombres d la lista de los cuarenta terroristas más buscados por la policía alemana. A Monhaupt se le atribuye la participación en el atentado que costó la vida al fiscal federal Buback, el 25 de agosto de 1977.
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