En Aranjuez, primera reagata de globos en España
El mal tiempo reinante y el accidente sufrido por uno de los helicópteros del SAR (Servicio Aéreo de Rescate) fueron las notas negativas que no impidieron el lucimiento de un espectáculo inédito hasta ahora en España: una regata de globos. Pese a estas adversas circunstancias, el festival aéreo celebrado en el recinto de la Sociedad Hípica de Aranjuez el pasado fin de semana constituyó un éxito singular de espectacularidad y de público. Se calcula que fueron más de 30.000 las personas que se dieron cita el domingo en la bella localidad madrileña, desafiando la lluvia, para presenciar una actividad que ha estado prohibida hasta ahora en nuestro país, pero que finalmente se ha conseguido rescatar con el consentimiento de los organismos oficiales.
Actividad de gran tradición
La aerostación es una actividad aeronáutica de gran tradición en nuestro país. La historia señala que la primera ascensión se realizó en los Jardines del Buen Retiro; el 12 de agosto de 1792, por el aeronauta italiano Vicenzo Lunardi. Ese mismo año, el 14 de noviembre, se realizaron unas pruebas en El Escorial para la aplicación militar, y el 8 de enero de 1793 Vicenzo Lunardi despegó delante de toda la familia real, desde la plaza de Oriente, y tomó tierra en Pozuelo del Monte. Allí volvió a despegar después de renovar combustible, y cayó en la Cañada Larga, término de la Fuente, en donde volvió a repetir la operación para caer, por último, en Horcayo, provincia de La Mancha. El 15 de diciembre de 1884, el rey Alfonso XII proyectó el servicio militar de aerostación, en el Polígono de la Escuela Práctica de Henares, cerca de Guadalajara. La etapa moderna de la aerostación comenzó con los globos de aire caliente en 1961. Después de varios vuelos, principalmente en Estados Unidos, en 1973 Malcoms Foubes atravesó Estados Unidos, desde el Atlántico al Pacífico, a bordo de un globo de aire caliente Ya en 1973 hubo 19.613 ascensiones, con 20.664 horas de vuelo y con sólo tres accidentes.Mientras, en España, y a pesar de que algunos deportistas, como el popular periodista Jesús González Green, habían obtenido el título de piloto de globo libre esta actividad seguía prohibida. González Green intentó organizar, incluso, una Vuelta a España en Globo por etapas, intentando despertar el interés por este deporte. Cuando todo estaba previsto y la prueba a punto de iniciarse en la plaza Mayor, fue prohibida a última hora por el general Cuadra Medina «por la seguridad aérea y el bien común».
El actual proceso de cambio que vive la sociedad española en todos los órdenes afectó también a la Aviación Civil. Así se ha podido contar con los permisos necesarios para poder realizar esta primera regata de globos, aunque el mal tiempo impidió la celebración de todas las pruebas previstas, que, en principio, iban a ser cuatro. Las denominadas seguimiento de una línea, aterrizaje predeterminado y la de mínima distancia fueron las suspendidas, junto con lo que hubiese significado, sin duda, lo más popular, «el bautismo del aire», para todas aquellas personas que se hubiesen atrevido a subir en uno de los globos, El Cautivo, ascender a una altura no muy excesiva de tierra, descender y llevarse su diploma correspondiente. Muchos se quedaron con los deseos de conseguirlo.
Sin embargo, las pruebas que se realizaron causaron un fuerte impacto por su vistosidad en. los asislentes. La prueba competitiva fue la Ramada «la liebre y los galgos», donde diecisiete globos -de catorce países- salieron todos juntos, tras el globo de la organización. Resultó vencedor el globo catalán Rodamón, tripulado por el alemán Matt de Brujin y el español Jaime Llonseras. La anécdota curiosa estuvo en que, por unos instantes, se dio ganador al popular «hombre del tiempo» Eugenio Martín Rubio, cuando la realidad es que, por una circunstancia accidental cayó en un barrizal y alquien gritó: « iHa caído el primero el globo Iberia, de Martín Rubio! ¡Un éxito! » Habían confundido una caída que impedía continuar en competición con la caída triunfal.
El accidente
Después de celebrarse la increíble exhibición de las alas delta -dos globos levantados a 1.200 metros suspendiendo debajo de ellos las dos alas deltas, para que los campeones de Australia y de Escocia comenzaran a bajar realizando espectaculares giros antes de posarse en la pista central- se produjo el accidente del helicóptero del SAR. A poco de iniciar su vuelo, el helicóptero cayó a tierra, produciendo en los primeros momentos, ciertamente, escenas dramáticas. Se pensó en lo peor. Milagrosamente, los cinco tripulantes -todos ellos militares- no sufrieron heridas de excesiva gravedad. Sólo uno quedó atrapado unos instantes en el aparato antes de ser evacuado. El balance ha resultado de menor consideración de la esperada. Uno de ellos sufrió rotura de una pierna, otro fisura de costillas y los otros tres heridas poco importantes.
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