Hoy comienza en Nueva York la asamblea especial de la ONU sobre desarme
Por segunda vez en este siglo, prácticamente todas las naciones del mundo se reunirán para discutir los problemas del desarme. La VIII Asamblea especial de las Naciones Unidas, que se inaugura hoy en Nueva York, congregará durante cinco semanas a delegaciones procedentes de los 149 países miembros de la ONU. Casi una veintena de jefes de Estado o de Gobierno han anunciado su asistencia y se espera la presencia de otros veinte ministros de Asuntos Exteriores.
La Asamblea, que se celebrará entre el 23 de mayo y el 28 de junio en la sede central de la Organización en Nueva York, fue convocada por la Asamblea General de la ONU, por consenso, en diciembre de 1976. Es la primera reunión mundial para tratar los problemas del desarme desde la celebrada en Ginebra, en 1932, bajo los auspicios de la Sociedad de Naciones.Anteriormente, la ONU convocó otras asambleas especiales dedicadas al estudio de problemas a nivel global, como la del Medio Ambiente (1970), la Población (1974), la Alimentación mundial (1974), el Desarrollo económico (1974-75) o los Derechos de la mujer (1975).
Datos recientes cifran en 400.000 millones de dólares el importe global de gastos militares, más del doble que lo que se gastaba hace una década. Naturalmente, las dos superpotencias van a la cabeza en los fondos destinados a armamento y más de la mitad de la cifra mundial de gastos militares corre a cargo de Estados Unidos y la Unión Soviética.
La idea de convocar una reunión especial de los países miembros de la ONU para estudiar este asunto surgió de Yugoslavia, durante un encuentro de los países no alineados celebrado en Perú, en 1975. Más tarde, la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países no alineados, reunida en el verano de 1976 en Sri Lanka, respaldó la propuesta que fue presentada en la 31 sesión de la Asamblea General de la ONU y aprobada por consenso, con la reserva de la República Popular China.
La agenda provisional de la asamblea especial sobre desarme, según fue aprobada por el comité preparatorio compuesto por 54 naciones, incluye un debate general, una revista de la situación actual en el campo del desarme, la adopción de una declaración de las Naciones Unidas, la adopción de un programa mundial de actuación y la revisión del papel a jugar por la ONU y otros, organismos internacionales en el futuro.
Durante la asamblea especial se revisará el acuerdo conjunto de 1961, conocido como el acuerdo Zorin-Mccloy, para ponerlo al día, y se estudiará también el programa de desarme propuesto en 1970 por un grupo de países no alineados, que nunca fue formalmente adoptado por la Asamblea General de la ONU.
No habrá tratado
La asamblea especial no discutirá, sin embargo, ningún tratado mundial, ya que existe el acuerdo tácito de que la reunión no es una conferencia mundial. Se esperan, sin embargo, algunos resultados parciales que podrían contribuir a un todavía utópico acuerdo mundial, principalmente a través de la declaración de las Naciones Unidas sobre el desarme que se redactará durante las sesiones.Las conversaciones bilaterales tendrán también gran importancia y muchos ministros de Asuntos Exteriores y jefes de Estado aprovecharán su estancia en Nueva York para entrevistarse con sus colegas de otros países. Se espera la presencia de los jefes de Estado o de Gobierno como Austria, Chipre, Dinamarca, Francia y la RFA. Por Estados Unidos asistirá el vicepresidente, Walter Mondale.
Pero además de las delegaciones gubernamentales, la VIII Asamblea Especial de la ONU contará con la presencia de ciudadanos particulares preocupados por el tema del desarme, como los supervivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.