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Las multinacionales farmacéuticas se oponen a la lista de "medicamentos esenciales"

Para los próximos días se espera una respuesta «seria, consciente y documentada» del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Halfdan Mahler, según fuentes oficiosas de la organización, al extenso documento emitido el viernes último por la Federación Internacional de la Industria de Medicamentos (FIIM), en el que se cuestiona duramente a la OMS y, particularmente, a su director general por la llamada política de «selección de medicamentos esenciales».La FIIM, que agrupa a los más grandes laboratorios del mundo y multinacionales de productos farmacéuticos, acusa al doctor Mahler de «estar creando confusionismo» y de «inducir a error a los países en desarrollo ». En su documento, que ha sido calificado de «mercantilista» por un gran número de delegados que asisten a la Asamblea Mundial de la Salud, afirma que «en gran medida, la calidad actual de los tratamientos médicos debe ser atribuible a la riqueza del arsenal terapéutico», asegurando, además, que «la ciencia médica no ofrece ninguna base sólida para restringir a una lista limitada de medicamentos las posibilidades terapéuticas». Las proposiciones de la OMS sobre esta materia son también calificadas de «inaceptables y peligrosas para el ejercicio de la medicina» por la FIIM.

Al parecer, lo que más ha tocado la «sensibilidad» de las multinacionales farmacéuticas en relación al programa de la OMS para establecer en forma de recomendación la utilización de una lista de doscientos a 220 «medicamentos esenciales», tanto para la medicina privada como social, es que el comité de expertos de la OMS ha declarado que esta lista tiene también «un valor inestimable para los países industrial izados en donde el aumento de los costos y precios de los medicamentos representa una carga considerable para las personas privadas y los poderes públicos».

En otras palabras, la «universalización» cle este sistema, naturalmente atentará contra la gran «rentabilidad» de que goza la industría fármacéutica actualmente, declaró el ministro de Salud de Cuba, Gutiérrez Muñíz, al término de una reunión sobre salud de cinco días que tuvieron en Ginebra las autorielades sanitarias de más de cien países no alineados y en desarrollo, que elaboraron un programa autónomo, pero de apoyo al programa de la OMS en éstas y otras matei¡as sanitarias.

Gutiérrez Muñiz, presidente de la reunión de los no alineados, sostuvo que «alguien tiene que perder, las multinacionales o la ya sacrificada salucl de la población múndial», y en ese caso, afirmó «no hay discusión»,

Por otra parte, y paralelamente al inicio de esta polémica, en donde hay grandes intereses en juego, el presidente del consejo de administración del laboratorio suizo Sandoz, SA, Yves Dunant, declaraba que dicho laboratorio «está inquieto por las intervenciones estatales que obstaculizan -dijo- el desarrollo de la industria farmacéutica».

Este debate público, sobre un problema que atañe a la salud de la población del mundo y que se incrusta, per tanto, en el ámbito internacional, sin límites de fron,eras o reg ones, hace más expectante aún lo que dirá el director de la Organización Mundial de la Salud, que hace 72 horas fue reelegido en el cargo por un nuevo período de cinco años, lo que directa e indirectamente es apreciado como un respaldo a las políticas sanitarias que viene impulsando la OMS.

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