Arabia Saudita propone la congelación de los precios del petróleo
Con la propuesta de Arabia Saudita de un plan de congelación del precio del petróleo durante los próximos tres o cuatro años y con la creación de una comisión de seis ministros que elaboren la estrategia futura de la organización, finalizó el domingo en At Talf (Arabia Saudita) la reunión informal de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El ministro saudita de Hidrocarburos, Jeuqe Yamani, manifestó a sus doce colegas de la OPEP que las actuales condiciones del mercado mundial de petróleo no justifican el aumento de precios de los crudos. Según Yamani, este mercado se encuentra sobresaturado, situación que se prolongará hasta 1981-1982, por lo que no conviene aumentar el precio de los crudos hasta esas fechas. La postura árabe fue apoyada, que se sepa, por Irán.Por lo que respecta a la comisión creada para estudiar la estrategia de la OPEP, ésta estará compuesta por los representantes de Arabia Saudita, Argelia, Irán, Irak, Kuwait y Venezuela.
La reunión, convocada para estudiar la precaria situación del dólar estadounidense, trató otros temas, si bien el análisis de la situación del dólar y la posible sustitución de esta moneda como forma de pago del petróleo fue analizada en profundidad.
La declinación del valor del dólar ha afectado negativamente los ingresos de los productores de petróleo, situación ya de por sí agravada debido a la caída internacional de la demanda petrolífera.
Kuwait, por ejemplo, estima sus pérdidas en un millón de dólares diarios a causa de la debilidad de esta divisa frente a otras monedas, mientras el valor total de las pérdidas experimentadas por los países de la OPEP en el curso de un año se estima entre 12.000 y 16.000 millones de dólares.
Los ministros no llevaban una agenda predeterminada, pero fuentes de la conferencia expresaron que las deliberaciones reflejaron la preocupación reinante entre los miembros de la entidad por la pérdida de sus ingresos en dólares.
Arabia Saudita, que mantiene poderosos lazos militares y financieros con Estados Unidos, presentó durante la conferencia un sólido alegato en defensa del dólar contra otras alternativas de pago, sugeridas en varias ocasiones por otros miembros de la OPEP.
Irán, que tiene similares relaciones con Estados Unidos, apoyará, sin duda, la posición saudita, aunque a nivel, Irán se ha manifestado partidario de la tesis según la cual el precio del petróleo debería relacionarse con el precio de una canasta de materias primas. Tanto Arabia Saudita como Irán están en contra de cualquier aumento en los precios del petróleo, aunque la mayoría de los otros países de la OPEP favorecen, por lo menos, modestas alzas para este producto.
Argelia, quien tiene un acuerdo entre caballeros con Libia y Nigeria para una reducción coordinada de precios que cubrirá el segundo trimestre de este año, se ha quejado de los fuertes descuentos otorgados por Nigeria. Algunas fuentes petrolíferas consultadas han indicado que también Libia habría concedido similares descuentos adicionales, así como Túnez, que no figura entre los mayores productores de petróleo.
En este sentido, fuentes argelinas extraoficiales han precisado su molestia frente a Nigeria, señalando que este país pretende competir con los precios petrolíferos vigentes al margen de los establecidos por la OPEP, a fin de aumentar el volumen de sus exportaciones. Los funcionarios argelinos estiman que mientras su país respeta los catorce dólares asignados al barril de petróleo mezclado del Sahara, Nigeria, Túnez y Libia, lo venden a treinta centavos de dólar menos.
Un problema latente en esta conferencia fue el de la forma para obtener un acuerdo entre los principales países industrializados a fin de instalar nuevos complejos petroquímicos en los países productores de petróleo, antes que en las naciones consumidoras.
Un influyente funcionario saudita -Farouk Al Akhdar- ha manifestado en este sentido que su Gobierno mantiene conversaciones con algunos países industrializados a fin de persuadirlos a reducir sus planes petroquímicos.
Su argumento es que los países productores de petróleo tienen los recursos financieros y materias primas que les permitirían desarrollar grandes complejos industriales y vender sus productos a precios bajos en los mercados de las naciones industrializadas.
Pero, a fin de impedir la competencia desleal con productos similares fabricados actualmente en los países industrializados, Akhdar sugiere que deberán fijarse nuevas tarifas de importaciones para los productos petroquímicos de los países miembros de la OPEP.
En este sentido, Akhdar advierte, a modo de conclusión, que un requisito previo que garantice este desarrollo es implementar la coordinación entre los estados del golfo «de modo que no nos encontremos repentinamente en una fase en que competiríamos entre nosotros mismos».
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