Estuvo en Villalar

Estuve en Villalar los días 22 y 23 de abril. El día 22, en el balcón de la plaza de Villalar, donde esa noche tuvo lugar la actuación del grupo Nuevo Mester de Juglaría, la bandera española estuvo junto a la castellana y junto a otras banderas de pueblos y entidades políticas presentes o representadas. No vi que se la injuriara ni menospreciara en ningún momento. Sí oí una pitada muy grande cuando surgió una bandera republicana.El día 23, cuando el festival hacía una hora, aproximadamente, que había comenzado, vi que se formaba un tumulto alrededor de unas banderas españoles que acababan de aparecer. Creyendo que eran guerrilleros que estaban liando algún cisco, me dirigí hacia aquel lugar y allí vi a unas cincuenta personas que, en dos filas paralelas, intentaban atravesar todo el campo en el que se estaba celebrando la conmemoración. Algunas de estas personas llevaban pegatinas de Alianza Popular. Hubo unos zarandeos e insultos por parte de personas que rodeaban a esta Comitiva. Por un momento, yo también seguí a la procesión, pero me quedé atrás, junto a otras personas, intentando hacer entrar en razón a un desquiciado que pretendía zarandear a un hombre mayor que formaba parte de la comitiva y que se había quedado rezagado. A lo lejos vi volar alguna piedra. No vi quemar ninguna bandera española. No oí en ningún momento «muera el Rey»; úItimamente se lo oigo mucho a la ultra- derecha.

No justifico la agresión contra las personas, porque pienso que, cuando un hombre o una mujer son atacados, la humanidad se aleja más de un destino solidario. Menos justificación veo en este caso, ya que estimo que la izquierda es mucho más sensata y respetuosa con los seres humanos que la derecha que hemos conocido hasta ahora. Sí quiero llamar la atención sobre esa especie de chantaje moral y, a veces, fisico a que nos quieren acostumbrar las fuerzas derechistas y que consiste en atacar o provocar portando un símbolo que es de todos los españoles, de tal forma que, si se les replica, la respuesta no va contra un gamberro o contra un agresor, sino contra un «portador de la enseña nacional», lo que supone «un ultraje a la bandera». La coartada es preciosa.

La reacción en Villalar, estoy seguro, no fue contra una bandera, sino contra ciertos grupos que de manera exhibicionista utilizan la bandera española como algo propio, exclusivo y excluyente, de una forma ostentosamente partidista.

La derecha y la ultra-derecha tienen esa costumbre: recuérdense ciertos tirantes con los colores nacionales exhibidos por cierto líder derechista. Recuérdese la aparición de Arias Navarro en televisión durante la campaña electoral junto a imágenes de un miembro de la familia real. Recuérdese el lema de Alianza Popular «España, lo único importante», de tal forma que si no los votabas no eras patriota, o, al menos, no merecías serlo.

Va siendo hora de que las derechas entiendan que las izquierdas no son hijos del diablo, que lo más importante para España es que todos los españoles vivan bien y no solamente unos pocos, y que no por llevar más banderas nacionales son más amantes de la patria, pues todo alarde excesivo de alguna cualidad es, generalmente, la manifestación inconsciente de serias carencias o, lo que es lo mismo: «Dime de lo que presumes y te diré de lo qiqe careces. »