Tensiones entre el Gobierno y la justicia por el caso Moro

La fiscalía general de la República se ha encargado desde ayer oficialmente de la investigación judicial del secuestro de Aldo Moro, y del asesinato de los cinco agentes de su escolta. El responsable será el fiscal general Guido Guasco, el mismo que condujo la encuesta sobre la muerte de Pier Paolo Pasolini. Es una decisión grave que muestra las tensiones que existen entre el Ministerio del Interior y la Magistratura. Parece ser que se intenta de este modo evitar que sigan existiendo contactos entre las Brigadas Rojas y la familia Moro.

De hecho, los republicanos se han quejado de que la policía no haya aún capturado a alguno de los «carteros» de las BR que continuamente traen misivas de Moro a su familia. La policía sigue registrando casa por casa los barrios de Roma, pero sin encontrar nada. Sólo ayer detuvo a un ingeniero que trabaja en el Ministerio de Finanzas. Su nombre es Libero Maesano, miembro de Poder Obrero, el grupo más próximo ideológicamente a las BR. Podría ser, según la policía, uno de los organizadores del secuestro de Moro y uno de los responsables de la central romana de las BR. Esta es una nueva demostración de que en las BR se han infiltrado personas «insospechables».

Dura polémica

Mientras tanto, la polémica entre socialistas y demás fuerzas políticas se hace cada día más dura. Con los republicanos, los socialistas han llegado a insultarse. Craxi ha llamado a La Malfa «irresponsable» y La Malfa, a su vez, ha calificado a Craxi de «aventurero».Se había hablado que los comunistas después del encuentro Berlinguer-Craxi se empezaban a mostrar más «blandos». Pero hoy la prensa habla de un encuentro «de hielo». Terminada la conversación, ni Berlinguer ni Craxi hicieron declaraciones. Con Berlinguer, al encuentro asistió Edoardo Perna, miembro de la dirección del PCI y presidente de los senadores comunistas. En una conversación con EL PAÍS, el senador Perna dijo textualmente: «Yo no creo que se pueda hablar de ablandamiento. Nosotros, comunistas, hemos dicho siempre que el caso Moro se resuelve con una acción de la policía judicial. Se trata de salvar la vida de Moro, no de hacer concesiones a los secuestradores ». Interrogado acerca de la opinión comunista sobre un «acto de clemencia» del Estado, el senador Perna piensa que existen muchas dificultades para que se pueda realizar, que existe el peligro que puede ser visto como una negociación y que en definitiva no da garantías concretas de salvar la vida de Moro.

Mientras los republicanos han llegado a los insultos con los socialistas, los comunistas son más serenos: «A nosotros no nos interesa, dice Perna, acentuar las diferencias. Estamos haciendo, por el contrario, un gran esfuerzo para mantener y reforzar en esta grave prueba la solidaridad y la colaboración que se ha creado últimamente en Italia entre las fuerzas democráticas y, particularmente, entre los cinco partidos del Gobierno». A una pregunta de este diario acerca del peligro de una ruptura dentro de la izquierda, si los socialistas siguen intransigentes en su posición, el senador comunista dijo que esta es una «previsión catastrófica», y añadíó: «De todos modos, nosotros estamos trabajando para evitar que eso pueda suceder.»