Mario Soares: "Las relaciones hispano-lusitanas, mejor de lo que se dice"

Las relaciones entre España y Portugal «son mejores de lo que se dice y progresan en todos sus niveles estatal, político, cultural, y en los contactos que mantienen los pueblos de uno y otro país», afirmó el primer ministro de Portugal, Mario Soares, en el curso de unas declaraciones que hizo ante informadores españoles en el palacio de Sao Bento de Lisboa, sede de la presidencia del Consejo lusitano.

El líder socialista portugués, que llega hoy a Madrid para asistir al acto final de la unidad entre los partidos españoles PSOE y PSP, se refirió al próximo viaje a su país de los Reyes de España, como «un símbolo más en el progresivo estrechamiento de lazos entre los dos Estados ibéricos», Y afirmó que, en la actualidad, «apenas existen contenciosos pendientes entre los dos pueblos». Señaló que las discrepancias pesqueras son solucionables en el ámbito de la cooperación y afirmó que «el problema de las indemnizaciones de los súbditos españoles expropiados en el período revolucionario de 1974, quedará solucionado de manera rápida y satisfactoria para las partes afectadas». Añadió que «Portugal está interesado en solucionar este tema porque ello permitirá la llegada a su territorio de inversiones españolas, hoy bloqueadas», y que, a su juicio, encontrarán un «país estable, demócrata, sin agitaciones sociales y sin violencia».En el plano de las relaciones culturales hispano-lusitanas, Mario Soares declaró que en el momento actual «el pueblo portugués se acerca cada vez más a la cultura española alejándose de las tradicionales influencias sajona y francófona», y añadió que tanto en este campo, como en el económico y político, la cooperación tiene ahora grandes posibilidades que, en política exterior, pueden plasmarse con cierta evidencia en concertaciones sobre América Latina y de cara al ingreso de la Península en las Comunidades Europeas. El primer ministro se felicitó, por último, de la unidad PSOE-PSP y recordó sus esfuerzos por conseguirla.

Reforma constitucional en 1980

En tomo a la actualidad política portuguesa, Mario Soares destaca, a lo largo de la conversación, tres temas esenciales: la reforma de la Constitución, el problema de las Azores y la crisis de los socialdemócratas. Sobre el primero de los temas, el primer ministro afirma que las alusiones del presidente Ramalho Eanes -en el discurso del IV aniversario del 25 de abril- a la reforma constitucional respondían al interés del pueblo y de su Gobierno y estaban previstas en el propio texto constitucional «a partir de 1980». Mario Soares, no quiere que esta reforma, «que constituirá el centro político de la batalla electoral de los años ochenta», se interprete como una simple recesión revolucionaria que contaría con el apoyo de su partido. Añade que «la Constitución tiene muchas contradicciones, propias del período revolucionario en el que fue redactada», y afirma que, su partido no renuncia a la búsqueda de una «sociedad socialista, sin clases, y donde la igualdad de oportunidades constituya un principio básico». Añade que para la consecución de este tipo de sociedad, su partido propugna un «Estado democrático y pluralista, en libertad y con unas condiciones socioeconómicas mínimas, sin las cuales todo proyecto socialista se vería constantemente amenazado por la izquierda y la derecha».Mario Soares, que insiste en el «buen momento» de las relaciones entre socialistas y comunistas, «ahora que el PCP cambió de táctica, aunque no de estrategia», se reafirma en la idea de que existen intentos de desestabilización política por parte de la extrema derecha y cita aquí la crisis independentista de las Azores. Una crisis a su juicio ficticia y «provocadora que quiere aproximarse al continente en sus gestos y a través de sus hombres y medios de opinión, lo que confirma que Portugal no es aún un Estado de derecho y que está pendiente de una legislación que controle estos riesgos». El primer ministro hace aquí referencia al papel desempeñado en las Azores por líderes socialdemócratas (PSD), calificando de peligrosa esta dialéctica política interpartidista «porque afecta a la unidad nacional».