"No existe ninguna guerra latente en Carabanchel"
«Mi impresión es que los enfrentamientos entre los reclusos de la cárcel de Carabanchel no responden a una situación generalizada, sino que se trata de problemas concretos y aislados, aunque estos problemas, dada la tensa situación existente, puedan, en su momento, derivar en una situación más grave», manifestó a EL PAIS el director general de Instituciones Penitenciarias, Carios García Valdés, quien visitó ayer durante seis horas la prisión provincial.
Le acompañaron miembros de la Asociación de Familiares y Amigos de ex Presos que habían denunciado dichos enfrentamientos. «He hablado -prosiguió el señor García Valdés- con los representantes de las galerías siete, tres y seis, por separado, y después, con los de la tres y siete al mismo tiempo. Los de la seis, en la que se encuentran los reclusos más jóvenes, no han querido acudir conjuntamente. Según me han relatado los presos y los funcionarios han existido algunas agresiones de presos entre sí. Las agresiones en la cárcel no son nuevas, pero tal vez ahora se están registrando con alguna periodicidad superior.El director general señaló que no podía hablarse de «una guerra latente». «Eso es inexacto. Creo que son casos aislados de enfrentamientos y que pueden solucionarse. Algunos de los reclusos me han pedido que les traslade de prisión y pienso estudiar sus solicitudes, porque ese traslado podría ser conveniente». Según el señor García Valdés, ayudará también a aliviar la situación la puesta en práctica de las normas contenidas en la circular que ha enviado a todas las prisiones. «Por otra parte en Carabanchel está vacante el puesto de director y otros cargos intermedios. Tengo, pues, en mi mano una posibilidad importante, que es elegir para esos puestos a los mejores. Y lo voy a hacer.»
Durante su visita a Carabanchel no se registró ningún incidente. «Los reclusos me han dicho que estimaban como muy positivos esos contactos». Interrogado sobre la presunta existencia de un «complot» contra él en Carabanchel, respondió: «No sé nada de ese tema. Pienso que mi mera presencia en la cárcel, sin que haya ocurrido nada, puede disuadir de cualquier intento de acentuar la tensión. Yo ya conozco la situación.»
En relación con las condiciones materiales de la cárcel, señaló que tras el último motín, algunas galerías habían quedado casi destruidas, pero que, aun así, no eran comparables a las que pudo contemplar en la Modelo de Barcelona.
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