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Primer paso hacia una Europa de los cristianos

Por primera vez se han reunido las iglesias de Europa del este y del oeste. En tal sentido, la cumbre ecuménica, celebrada durante los últimos cuatro días en Chantilly y (en el departamento francés del Oise) ha sido considerada histórica. Treinta obispos católicos y cincuenta representantes de las iglesias anglicana, ortodoxa y protestante, han reflexionado conjuntamente sobre la unidad y la paz.Los informes sobre estos dos temas dieron lugar a textos de síntesis leídos en una asamblea general. El acto más solemne, sin embargo, fue el mensaje dirigido a todos los cristianos de Europa.. El obispo de Marsella y presidente de la Conferencia Episcopal francesa, monseñor Echegaray, en este mensaje dijo, «lo que hemos vivido es más alto y más fuerte que lo evidenciado por los textos. El acontecimiento que supone esta reunión es más importante que su contenido».

Las palabras del purpurado francés, estimaron los observadores religiosos, resumen la significación principal de la cumbre. El hecho de haberse reunido, simple mente, constituye el primer paso por el camino de la Europa de los cristianos. Esta primera sesión ecuménica fue organizada por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), presidido por monseñor Echegaray, y por la Conferencia de las Iglesias Europeas, que preside el pastor Andre Appel.

Mensaje

El mensaje que los participantes en estas reuniones han dirigido a los cristianos de Europa no olvida las visiones profundas que el cristianismo ha sufrido a lo largo de los si los en nuestro continente. «Sufrimos por no podernos sentar juntos a la mesa del Señor. Confesamos nuestros pecados en contra de la unidad y al mismo tiempo reconocemos que la gracia del Señor es más fuerte que nuestros fracasos. Esta fe es la que nos estimula a aspirar a la plena unidad en Cristo. Hablamos de la unidad y la buscamos de diferente manera. Juntos podemos decir que esperamos la consecución de una comunidad libre, plena y diversificada.»La unidad de la. Iglesia, y la unidad de la Humanidad, la paz de Cristo y la paz del mundo están ligadas entre sí, se afirma en el mensaje de unidad. No hay paz en Cristo sin un compromiso por lograr la paz en el mundo. El mensaje continúa pidiendo a las comunidades cristianas que consideren imprescindible la lucha por la paz terrena para lograr, por un lado, la paz divina y, por otro, la unidad cuya necesidad ha venido a subrayarse en Chantilly.

El ejemplo de Cristo nos estimula, dice más adelante el citado mensaje. «a pedir a los responsables que pongan fin a la escalada desastrosa de la carrera armamentista y que sustituyan el equilibrio del terror por el equilibrio de la confianza».

En este mensaje de compromiso terrenal que han hecho los reunidos en Chantilly se incluyen llamamientos para que se cumplan las buenas intenciones expresadas por los políticos en las conferencias de seguridad y cooperación que han tenido lugar en los últimos años en Europa.

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