A favor de la abolición
En la sección Cartas al director del sábado 8 de abril de 1978 aparece la carta de Eduardo Martínez a favor de la pena de muerte, la cual me merece una serie de puntualizaciones:El señor Martínez se coloca en un extremo al referirse a los asesinos a sueldo, individuos que dentro de sus planes entra la muerte. Para ellos, en general, es peor una larga condena a cárcel, lugar donde se les podría imponer un tratamiento de resocialización a largo plazo, ya que nadie es criminal por herencia, sino por una serie de causas de diversa índole. Si la sociedad ejecutase a una persona legalmente, a mi parecer, se convertiría en un Padrino mafioso, y cada individuo de esa sociedad, en un asesino a sueldo. Todo ello daría lugar a un círculo vicioso, que sólo se puede romper a través de la sociedad.
Es de destacar otro aspecto de la carta del señor Martínez cuando se refiere a Inglaterra, país donde está abolida la pena de muerte, y realiza la comparación. siempre odiosa, con otros grupos dentro de la marginalidad: los ancianos. parados, etcétera, lo cual da lugar a otro extremo dentro de su carta, pues, según él, los presos viven como reyes. Esto, a mí modo de ver, es excesivo, ya que la vida en una prisión es muy diferente a la normal. La culpa la tiene el sistema capitalista, que ha usado a las personas como fuerza productora y cuando han dejado de ser útiles, las tiran a un lado; por ello le recuerdo al señor Martínez que la explotación del sistema capitalista no han de pagarla los presos, ya que ellos están tan explotados física y psíquicamente como los demás grupos marginales.
Resumiendo, parece que el señor Martínez habla de ejecutar a los delincuentes y el dinero ahorrado invertirlo en los demás grupos marginales, y habla de que se ¿está haciendo una promoción del egoísmo humano.
La solución radica en la sociedad, solucionando los problemas con términos medios, no con extremismos de ningún tipo, de todos los grupos margínales, no los de unos cuantos, pero, por favor, intentando ser realistas en la búsqueda de las soluciones. Por ello creo que debíamos descartar la pena de muerte como solución al problema.
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