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Entrevista:

"Los greco chipriotas rechazan la idea de una presidencia compartible"

Spyros Kiprianu: La política de Turquía en relación con Chipre es intransigente y no contribuye a una solución justa del problema. Se trata de una política basada en la llamadas «realidades», es decir en los hechos consumados consecuencia de la invasión y de la ocupación militar de 1974. Tal actitud resulta inadmisible, porque un acto criminal que ha costado la libertad de un país no puede constituirse en base de solución alguna.EL PAIS: ¿Existen, sin embargo, posibilidades concretas de un próximo entendimiento?

S.K.: Todo dependerá del tipo de propuestas que presente la parte turca sobre los problemas constitucionales y territoriales. Descartamos absolutamente cualquier solución que implique una confederación, pues conduciría gradualmente a la disolución de la República de Chipre. Una fórmula de carácter federal, con un Gobierno central que disponga del suficiente poder para asegurar la unidad del Estado y del pueblo, representa el máximo de concesiones que nos es lícito ofrecer.

EL PAIS: ¿Aceptaría usted compartir el poder ejecutivo con un presidente turco-chipriota?

S.K.: Una presidencia por turnos sería igualmente inaceptable. Supondría una componenda hueca e inadmisible, que ahondaría la división e impediría la unidad del Estado.

EL PAIS: ¿Cómo ve usted el problema de los refugiados greco-chipriotas procedentes de la zona ocupada por Turquía?

S.K.: En ese aspecto, nuestro Gobierno ha conseguido ya mucho sobre todo en el capítulo de la vivienda. Pero aún subsisten graves problemas para esas gentes que fueron expulsadas por la fuerza de sus hogares y sus propiedades, y tenemos que afrontarlos con urgencia. De todas formas, quiero aclarar un punto: el problema de los refugiados sólo puede resolverse con su regreso definitivo a sus lugares de origen. Lo que mi Gobierno está intentando ahora es, simplemente, crearles condiciones de vida aceptables hasta esa hora del retorno.

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EL PAIS: ¿Cuáles son las perspectivas de un arreglo inmediato en Famagusta?

S.K.: Para nosotros, la liberación de Famagusta está ligada a la situación del resto del territorio.

EL PAIS: ¿Cuándo volverá a reunirse con el señor Denktash? (Rauf Denktash, presidente de la «República turca de Chipre»).

S.K.: No creo que un nuevo encuentro con el señor Denktash sea de ninguna utilidad.

EL PAIS.: ¿Qué piensa de la política de Carter sobre Chipre?

S.K.: Durante su campaña electoral, y también posteriormente, el presidente Carter se comprometió a esforzarse para encontrar una solución justa al problema chipriota. No ponemos en tela de juicio su interés, pero no sabemos hasta qué punto su manera de actuar en ciertos casos es la más apropiada Creemos que la suspensión del embargo de armas a Turquía eliminará un instrumento de presión importante para que Ankara modifique su política. Por supuesto, se trata de un asunto interno de Estados Unidos, pero que al mismo tiempo atañe a Chipre, porque ya las armas norteamericanas entregadas a Turquía con fines defensivos han sido utilizadas en la agresión y la ocupación ininterrumpida de gran parte del territorio chipriota.

EL PAIS: ¿Puede volver a representar un peligro para Chipre la acción de la Eoka B? (partidaria de la enosis con Grecia).

S.K.: La Eoka B ha anunciado recientemente su autodisolución. Después declaró que estaba dispuesta a entregar sus armas, aunque para ello puso algunas condiciones inaceptables. Sólo con el tiempo podremos saber en qué medida su declaración ha sido sincera. De cualquier manera, el Estado está decidido, y es capaz de reprimir, cualquier forma de ilegalidad y de acción subversiva. En cuanto a los funcionarios públicos y miembros de los organismos de seguridad que intervinieron en el golpe de Estado de 1974, se ha puesto en marcha, precisamente ahora, una campaña de depuración del aparato estatal, y nuestra intención es acelerarla. Para las personas ajenas al servicio público y cuerpos de seguridad, la actitud del Estado dependerá de la que ellas adopten. Si realmente se arrepienten, el Estado mostrará indulgencia y comprensión. Pero no habrá tolerancia para los que no se arrepientan e intenten perturbar la paz y la unidad. En ese caso, serán castigados además por sus anteriores actividades ilegales.

EL PAIS: ¿Seguirá su Gobierno manteniendo la tradicional política chipriota de no alineación en el Mediterráneo?

S.K.: Continuaremos firme y consecuentemente con esa política Creemos que es la más adecuada para un pequeño país como Chipre. Pero eso no significa que vayamos a permanecer apáticos o indiferentes ante los graves problemas del mundo actual. Jamás dejaremos de respaldar la causa de los pueblos que luchan por la libertad y la justicia, contra el colonialismo y cualquier forma de opresión.

EL PAIS: ¿Cuál es su punto de vista sobre la posición de España en el Mediterráneo?

S.K.: España es un país con grandes posibilidades, particularmente con su actual Gobierno democrático, y desempeña un papel preponderante en el Mediterráneo. Su posición estratégica y la política que sigue le permiten ejercer una influencia valiosa en la zona. Esa influencia la está empleando en favor de la paz y de la libertad. Respalda también la lucha y la causa justa del pueblo chipriota, por lo que le estamos muy agradecidos. Nuestras relaciones son muy cordiales y haremos todos los es fuerzos posibles para el fortalecimiento de los lazos entre los dos pueblos.

EL PAIS: ¿Existe alguna perspectiva de un mayor acercamiento político de Chipre a la OTAN, al Mercado Común y a la Unión Soviética?

S.K.: No se ha planteado esa posibilidad, ni tampoco la de un acercamiento o pacto militar con la OTAN, puesto que no sería conciliable con nuestro principio de no alineación. Por la misma razón, puedo decir otro tanto de una aproximación militar a la Unión Soviética. En el campo político, nuestras relaciones con la URSS son excelentes. Es un país que siempre nos ha apoyado en nuestra lucha por la libertad y la justicia, en el ámbito de las Naciones Unidas. Mantenemos también con Moscú buenos vínculos comerciales y culturales, asentados en acuerdos bilaterales. En cuanto al Mercado Común, nuestro objetivo consiste en desarrollar relaciones económicas y comerciales cada vez más estrechas, bajo el principio del interés mutuo.

EL PAIS: ¿Cuáles son, a su juicio, los principales problemas económicos de Chipre en este momento?

S.K.: La invasión y la ocupación turca afectó, en algunos casos en forma irreparable, nuestra vida económica. Gracias a la laboriosidad y a la comprensión demostrada por todos los sectores organizados del país, hemos logrado remediar algunos de los males causados. Pero nos encontramos aún antes muchos problemas serios; el más importante es el de satisfacer las necesidades de los refugiados e integrarlos de nuevo en la dinámica económica de Chipre.

EL PAIS: ¿Qué opina sobre la última entrevista de Ecevit con Caramanlis en Suiza?

S.K.: Sus conversaciones sobre Chipre no han podido suponer una negociación porque Chipre no está en discusión entre Grecia y Turquía.

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