Referéndum sobre el convenio de Ensidesa

Entre ayer y hoy los trabajadores de Ensidesa deciden por votación si aceptan o no el proyecto de convenio sobre el que ya llegaron a un acuerdo sus representantes y la empresa, y cuyo contenido, en sus aspectos más importantes, ha sido publicado por EL PAIS. Las votaciones en Avilés, La Felguera y Mieres se hacen de forma individual y secreta, mientras que en Gijón se decidirá por el procedimiento de mano alzada.Las condiciones establecidas en el convenio, que se somete a la ratificación de la plantilla de todas las factorías de Ensidesa, supone un incremento total anual de casi 3.000 millones de pesetas. El 60% del aumento se aplica linealmente, y el 40% restante en forma directamente proporcional al grado de calificación profesional. La creencia generalizada apunta a que el referéndum ofrecerá un resultado favorable a este convenio, que es considerado como el mejor de cuantos se firmaron en Asturias. Donde existen ciertas diferencias de criterio es en el tema de los turnos, para el que se contemplan aumentos no equiparables a los correspondientes a la jornada normal.

El convenio parece un escollo definitivamente salvado, mientras una cierta incertidumbre sigue rodeando el futuro de la Empresa Nacional Siderúrgica, cuyos plan es de producción se han visto con frecuencia sacrificados a los intereses de la siderurgia privada. El temor de que se limitara la producción de Ensidesa en la fase de acabados, precisamente la más rentable, creó en la población laboral asturiana un malestar que llegó a concretarse en el anuncio de un supuesto plan de desmantelamiento que contemplaba la supresión de casi 2.000 puestos de trabajo. Esa fue la mecha que sirvió para prender la manifestación de protesta de Avilés del mes pasado en la que participaron unos 100.000 asturianos. La incidencia de Ensidesa en la economía asturiana juega un papel decisivo no sólo por tratarse de la empresa más importante de la región -tiene más de 27.000 trabajadores y paga los salarios más elevados-, sino, también, por el número de las pequeñas y medianas empresas auxiliares, cuya existencia está en función del futuro de Ensidesa.

Las garantías dadas por el presidente Suárez a los parlamentarios asturianos de UCD y a Santiago Carrillo de que no sólo no habrá desmantelamiento, sino que el plan de expansión de la siderurgia integral asturiana continuará adelante, ha contribuido a mejorar el ambiente, últimamente enrarecido, entre la población laboral asturiana, aunque quedan aún en el aire las imprevisibles consecuéncias de la crisis siderúrgica mundial, que podría provocar un cierre más o menos cercano de las instalaciones obsoletas como las de Mieres, por ejemplo, medida que obligaría a una cierta movilidad del personal, necesidad que se verá acrecentada para adaptar en cada momento la producción de Ensidesa a las exigencias del mercado internacional