Walerian Borowczyk: "Quiero que los espectadores sueñen con mis películas"

Walerian Borowezyk, polaco, de 46 años, comenzó su carrera cinematográfica en su país natal, en 1947. Autor de una treintena de cortometrajes que le dieron fama universal y en los que se aparece como un maestro del género, Borowczyk ha sido premiado repetidas veces en festivales como los de Manheim, Bérgamo, Venecia, Oberhausen, Bruselas, Annecy, Bilbao.

Berlín, Melbourne, Locarno, Tours, Knokke-le-Zoute, Cracovia, etcétera. Establecido en París desde 1958, Borowczyk debuta en el largometraje en 1967 con el filme de animación Le théâtre de monsiur et madame Kabal. Posteriormente, filmes como Cuentos inmorales, Una mujer de la vida y La bestia, recientemente estrenada en Madrid, le han dado reputación internacional de especialista en erotismo. Pero, antes que nada, Borowczyk es un loco del detalle, un artista minucioso y preciosista que trabaja sus películas con una aplicación artesanal y con un cuidado casi fanático.-No soy un maestro del erotismo, en todo caso sería un maestro de cine. Toda película es erótica en su forma. El tema preferido del arte, desde hace siglos, es el amor. Y decir amor quiere decir sexo. Yo no soy ningún especialista, soy un cineasta. Todo lo demás son pretextos. Lo de erótico es un término, algo anecdótico, una clasificación según los temas, cuando en el arte el tema es algo marginal.

Para mí la película es un todo. El cine no es un arte sintético, sino un arte completo, autónomo.

-Junto con el sexo, el humor es una pieza fundamental de su cine...

-Mis filmes tienen una mirada satírica sobre la vida. Utilizo el humor como distensión. El cine cómico no me interesa, la risa por la risa, etcétera. No me gusta la caricatura; Fellini, por ejemplo, es un caricaturista, pero no yo...

-¿Qué es para usted La bestia?

-Antes que nada, un filme fantástico. Pero todo esto son pretextos, el tema es un truco, un procedimiento, un artificio... Hay que encontrar un tema sugestivo, lo más interesante posible para atraer auditores. La bestia es una invitación a participar en un suspense, a satisfacer una curiosidad. Porque el bestialismo es un mito, muy arraigado en nuestra cultura y en la mente y el arte humanos. Posee un lado mitológico relegado de ordinario al subconsciente, y que yo intento hacer emerger, sacar a la superficie. El mecanismo del cine es el de los sueños. Lo importante de una película son las emociones que haga vivir a los espectadores. Quiero que mi filme sirva para que la gente sueñe conmigo.

-Walerian Borowzcyk protagoniza en estos momentos un escándalo en Italia, donde su último filme, Interno di un convento, ha sido denunciado y juzgado.

-Es una historia que sucede en un convento a principios del siglo XIX. Está basada en una anécdota que relata Stendhal en su diario italiano, Promenade dans Rome. Muchas jóvenes de la nobleza eran destinadas a ser monjas desde antes de nacer. Al llegar a una edad determinada, prácticamente todas se enamoraban de alguien del exterior o se hacían amantes artificiales, a los que escribían cartas que ellas mismas contestaban. La madre superiora desempeñaba, en cierta forma, el papel de policía. Interno di un convento es un filme sobre la privación de libertad. No es un filme anticlerical en absoluto. Y, mucho menos, un filme pornográfico. Sin embargo, en un mes ha sido secuestrado tres veces en Italia, así que debe molestar a mucha gente... Ha sido acusado de !ultraje a la religión! Con mi película está repitiéndose, exactamente, lo que ocurrió hace veinte años en Estados Unidos con L'amore, de Rossellini, o hace diez, en Francia, con La religiosa, de Rivette, y, más recientemente, también en Italia, con El último tango en París.

-Respecto a la etiqueta de porno que algunos le han colgado, la reacción de Borowczyk es de indignación...

-Estoy muy indignado por lo que ha hecho cierta prensa, en España, con La bestia. Tomás Delclós, en Primera Plana, ofrece una idea falsa y deformante de lo que es la película. Probablemente este señor ni ha visto la película y por eso se permite presentarla como un producto porno. Aislar determinadas imágenes de mi filme de su contexto puede dar lugar a equívocos. Si a alguien que no conoce El jardín de las delicias, de El Bosco, le mostramos determinados fragmentos, aislados del contexto, podría pensar que este pintor era un obseso sexual, un pornógrafo o un sádico. Estoy asombrado e indignado.

-En mayo, Walerian Borowczyk comenzará el rodaje, en Egipto, Francia e Italia, de su próximo filme: Nefertiti.

-Voy a contar la verdadera historia de Nefertiti. Ya sabe usted que los jeroglíficos, aunque pretenden decir la verdad, eran en realidad dictados ppr el faraón. Ofrecen, a fin de cuentas, una visión oficiosa de aquel tiempo.