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Asesinato del director general de Instituciones Penitenciarias

Martín Villa: "Los GRAPO, sospechosos del asesinato"

El ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, calificó el atentado que costó la vida al director general de Instituciones Penitenciarias, Jesús Haddad, como «un vulgar asesinato, sin contenido político alguno». Martín Villa informó en una conferencia de prensa, celebrada ayer tarde en uno de los edificios anejos del palacio de la Moncloa, que las primeras impresiones de la investigación policial han encontrado una estrecha relación entre los asesinos del señor Haddad y los del capitán Herguedas ,(hecho ocurrido en septiembre de 1977), al igual que con el último atentado perpetrado en Vallecas (Madrid) contra dos policías armados.

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Preguntado entonces el ministro sobre si se estaba refiriendo a los GRAPO, respondió tajantemente que sí, lo que no quería decir que la policía estuviese desechando otras posibilidades. El ministro basó sus aseveraciones en pruebas balísticas realizadas, tipo de armas, sistemas empleados y otras características personales.Cuando los periodistas insistieron en si podría haber una relación con los últimos sucesos penitenciarios (concretamente los de Carabanchel), Martín Villa declaró que «es evidente que cuando alguien reivindique este asesinato tratará de justificarlo de ese modo. Pero una cosa es esa pretendida justificación y otra distinta que todos lo rechacemos con rotundidad. Porque ya no es cuestión, en los temas de la delincuencia y del terrorismo, de guardar silencios más o menos comprometedores. O se está con ellos o se está contra ellos. Y aquí en España todos estamos contra los asesinos, excepto los asesinos».

El responsable del Interior insistió varias veces en que era un «vulgar asesinato», y que aunque en principio, por ser un atentado contra el Estado en la persona del director general de Instituciones Penitenciarias, podía tener móviles políticos, el tratamiento debe ser el de simple asesinato.

Haddad rechazó la escolta policial

Preguntado sobre el porqué de la falta de protección a Jesús Haddad, cuando se tenía conciencia de que era una persona amenazada, Martín Villa reconoció que, en efecto, estaba amenazado de muerte, como muchos otros de una larga lista, lo que no quería decir que fuese fácil discernir en numerosos casos cuándo estas amenazas son realmente ciertas. En el caso de Haddad señaló que tanto el ministro de Justicia como el director general de Seguridad le habían instado a ser escoltado debidamente -«y de hecho estuvo con escolta un tiempo»- pero, según el ministro, el señor Haddad se había negado últimamente a ser protegido. «Como ustedes pueden pensar no era un problema de efectivos policiales, cuando en nuestras cárceles se utiliza a un guardia civil por cada tres presos», señaló.Sobre la procedencia de repescar en estos momentos una posible ley para la Defensa de la Democracia, de la que se llegó a hablar tiempo después del asesinato del presidente de la Diputación de Vizcaya y que luego fue desechada, Martín Villa señaló que el penúltimo Consejo de Ministros había enviado a las Cortes un proyecto de ley que tipifica los delitos de terrorismo dentro del Código Penal común, a lo que se añade ciertas atribuciones de la policía, como entrada en domicilios, retenciones por más de 72 horas, intervención de correspondencia, etcétera. «Pero creo que hemos caído en la trampa al tipificar el delito específico del terrorismo, ya que entonces se le da un carácter político del que debería desposeérsele. »

Martín Villa señaló una vez más que el proceso político español no se verá influido en nada por este atentado y que sería un error utilizar otros procedimientos para atajar el terrorismo distintos a la estricta aplicación de las leyes y el ejercicio de la autoridad, al tiempo de la estimulación de la acción policial. Y señaló que «el asesinato de ayer por la mañana no influirá en absoluto en la reformapenitenciaria a la que tan eficazmente había servido el señor Haddad».

Martín Villa reconoció que el país estaba viviendo una nueva oleada de violencia, parecida a la del otoño de 1975, o a ¡a de los meses de enero y febrero de 1977, pero que el Gobierno está haciendo todos los esfuerzos posibles por mantener un estado de tranquilidad ciudadana y que, a juicio del Gobierno, se estaba consiguiendo pese a los últimos atentados terroristas.

Sobre la reivindicación de un grupo denominado Brigadas Rojas de Francfort, hecha ayer a un periódico de la tarde de Madrid, el ministro repitió que la policía pensaba que las investigaciones no iban por ese camino, insistiendo en la posibilidad de que fuesen los GRAPO, de los que dijo andan sueltos alrededor de una veintena de comandos del mismo. Y respecto a la amenaza de aquel grupo, hecha a este mismo diario, de que hoy cometerían un nuevo atentado, el ministro dijo que se habían tomado las medidas oportunas, aunque personalmente restó importancia al tema.

Añadió, a instancias de otro periodista, que personalmente opinaba que no había, por el momento, ramificaciones externas entre el terrorismo español y grupos terroristas de otros países.

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