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Quién está detrás de las "Brigadas Rojas"

Nueve años después de su creación, las Brigadas Rojas han llevado a cabo un golpe de mano con el secuestro del presidente democristiano, Aldo Moro, que supone la cumbre de su escalada de violencia y un salto cualitativo en sus métodos de acción, y, a la vez, abre un interrogante sobre quién está realmente detrás del grupo terrorista.Con el asesinato, hace unos días, de un oficial de policía de Turín, que se ocupaba de la lucha antiterrorista, y el secuestro de Aldo Moro han demostrado estar en posesión de informaciones policiales de primera mano. Por otro lado, la intensificación de sus acciones violentas, a partir de 1974, ha coincidido con la reorganización de los servicios secretos italianos.

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Entre la clase política italiana existe la opinión de que las Brigadas Rojas cuentan con apoyos extraños que a la vez las manipulan. Para muchos políticos italianos, detrás de ellas pueden estar, aunque no haya ninguna confirmación de ello, servicios secretos extranjeros cuya coloración varía según la óptica política de quien lanza esta afirmación: así, se citan desde la CIA, hasta los servicios de varios países del Este y de la URSS. Estos servicios secretos buscarían la desestabilización de Italia.

Las Brigadas Rojas fueron fundadas por Renato Curcio el año 1969, con el concurso de jóvenes comunistas disidentes, con el fin de crear «una vanguardia proletaria armada».

Renato Curcio, de 37 años de edad, recibió una rígida educación católica y terminó por defender un marxismo rabioso, después de haber sido simpatizante neofacista.

Entre los años 1969-71, las Brigadas Rojas centraron su acción en incendios de establecimientos industriales. A partir de 1972, se dedican a secuestros de carácter no políticos, para, a partir de 1974, elevara su escalada de terrorismo hacia asesinatos de magistrados y periodistas, que culmina ahora con el secuestro de Aldo Moro.

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Renato Curcio fue detenido en Milán, en septiembre de 1974. En su captura jugó un papel clave un antiguo religioso, Silvio Girotto, que participó en las guerrillas latinoamericanas, y se incorporó a las Brigadas Rojas en 1974. Pero Girotto, más conocido como Hermano Metralleta, era miembro de los servicios secretos italianos, y entregó a Curcio.

El fundador del grupo terrorista logró evadirse de la cárcel en febrero del año siguiente. Nuevamente fue detenido en enero de 1976, y desde entonces la estrategia de los brigadistas se había centrado en interferir, mediante asesinato de magistrados y atentados, el proceso de Curcio, que estos días se desarrolla en Turín.

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