Las huelgas se extienden en Alemania Federal
La República Federal de Alemania se encuentra hoy ante su mayor conflicto laboral de la posguerra. Mientras renace la crisis en el sector de artes gráficas, se agudiza la del metal. Así, en un mismo día, metalúrgicos y trabajadores de imprentas y prensa deberán mantenerse fuera de sus puestos de trabajo, en gran parte por decisión patronal. El lock-out cunde a lo largo y lo ancho de un país que, hasta ahora, carecía de tradición huelguística.Desde las cero horas de la pasada madrugada, los trabajadores del metal de Wuertenberg Norte y Baden Norte (en este núcleo industrial se encuentra situada la factoría principal de la Mercedes-Benz) se mantienen en huelga, afrontando, incluso, la amenaza de lock-out de los empresarios del ramo. Estos se niegan a otorgar un aumento salarial del 5 %, como reclaman los trabajadores.
El sindicato juzga necesario un sustancioso incremento como medio de evitar las consecuencias del paro, « principal efecto de la transformación industrial». En esto, metalúrgicos y trabajadores de artes gráficas, coinciden plenamente: se trata de evitar que la racionalización empresarial se convierta, en el país más industrializado de Europa, en motivo de despidos masivos. Si en las próximas horas se decidiesen por la huelga los trabajadores de Renania del Norte-Westfalia, actitud más que probable, se encontrarían en paro las dos regiones más industrializadas de Alemania, con 1,6 millones de obreros, metalúrgicos, de un total de 3,6 millones en toda la RFA.
En cuanto a la situación en artes gráficas, a la hora de redactar esta información se daba por seguro que hoy, miércoles, no aparecería el 93 % de los diarios alemanes, con lo cual quedaría superado el alcance de la huelga y del lock-out de la semana pasada.
La posición del Gobierno se vuelve progresivamente más incómoda a medida que se extiende la inquietud social. El canciller federal, Helmut Schmidt, ha declarado a este respecto que los políticos no deben interferir en la confrontación social planteada y que, ante todo, ha de respetarse la «autonomía tarifaria».
Por el momento, el canciller no ha respondido a una petición de la Asociación de la Prensa Alemana, que le ha pedido sus funciones de mediador entre empresarios y trabajadores con el fin de no privar a este país de sus diarios.
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