El reglamento de la Generalidad refuerza los poderes de su presidente
El texto del proyecto de reglamento de la Generalidad presentado por Tarradellas y aprobado anteayer por el Gobierno catalán difiere muy sustancialmente del proyecto elaborado en su día por una comisión de siete ministros del Gobierno autonómico, según ha podido comprobar directamente EL PAÍS. El proyecto de Tarradellas -que sin duda será aprobado por los parlamentarios catalanes al haber sido aceptado por los principales partidos- refuerza sus poderes y es de una gran moderación. Realmente reviste la forma de un reglamento de organización interna, sin los énfasis constitucionales del primer proyecto, el cual gozó de las vivas simpatías de los comunistas catalanes.
Ahora sólo queda pendiente de determinar la jerarquía administrativa del presidente de la Generalitat en relación con las autoridades del Estado, tema que será planteado por Tarradellas a Suárez durante su visita a Madrid el próximo día 28.El que será dentro de breves días reglamento definitivo de la Generalitat consta de sólo 33 artículos, que ocupan once folios, contra, los ochenta y tantos artículos y las veintidós páginas de que constaba el primer proyecto.
El primero, que contó con el explícito apoyo comunista, había sido definido, por esta opción política, como «ley fundamental de la Generalidad». Ahora el carácter de este segundo proyecto es simplemente opuesto, mientras entroniza definitivamente a una Generalitat totalmente presidencialista, en la que Josep Tarradellas asume prácticamente todos los poderes.
El primer proyecto declaraba que «la lengua oficial en las actuaciones interiores de la Generalidad, tanto escrita como hablada, será la catalana». El actual afirma que la lengua catalana es la oficial de la Generalidad juntamente con la castellana. Establece pues la cooficialidad lingüística, mientras que el primer proyecto determinaba la oficialidad del catalán.
Asimismo, el actual proyecto autoriza al presidente de la Generalitat a nombrar los diferentes ministros, según su criterio, así como a proceder a la atribución de las distintas funciones dentro del gabinete y presidir todas las comisiones Interministeriales.
Será también Tarradellas quien nombre los directores generales y los secretarios generales técnicos de los Ministerios, al igual que a todos los funcionarios de la Generalitat.
La gran batalla del proyecto en vías de promulgación giró en torno al artículo 21, por el que se establece el funcionamiento del gabinete en base a la regla de la mayoría simple, determinando también que todos los ministros serán solidarios de las decisiones que se adopten y que, en base a esta solidaridad gubernamental, los votos particulares de los ministros no constarán en el acta del Consejo.
Otro aspecto claramente presidencialista es que el proyecto define también al presidente de la Generalidad como la persona que representa legalmente a dicha institución catalana, y ello sin limitación alguna (artículo 3).
La batalla del reglamento habrá durado desde el 14 de diciembre, fecha en que se acordó su redacción, hasta ahora. El resultado de la lucha aparece muy claro, al comprobarse el indudable carácter presidencialista del resultado final. Ello permite a Tarradellas plantear ante Adolfo Suárez y ante el Rey, en ocasión de su próxima visita a Madrid, el día 28, los temas aún pendientes de resolución.
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