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Carabanchel

Los novilleros no pudieron con la encastrada novillada

La novillada de Carabanchel fue de crónica de sucesos. Los novillos de María Teresa Calderón, con casta y genio, denotaban su procedencia, Cobaleda, y pudieron en todo momento con los novilleros.El quinto, de gran trapío, manso y bronco, no acudía a la muleta de Flores Valencia, que le citaba en los medios; cerraron al novillo y Flores citó de rodillas; al iniciar el muletazo por alto le alcanzó con un pitonazo seco. Rodó el torero por la arena, se incorporó y tambaleante llegó al burladero, donde fue recogido por las asistencias. El segundo de la tarde cogió espectacularmente al bandillero Juan Jimeno; se formó un revuelo de capotes, pero ninguno le quitó el novillo; cuando éste se iba solo llegó Flores Valencia y, montera en mano, le volvió el novillo a Jimeno, que se incorporaba, y recibió un puntazo en la región renal.

Plaza de Carabanchel

Novillos de María Teresa Calderón: terciados los tres primeros, bien presentados los otros tres; con casta y genio. Pepe Luis Vargas: palmas y saludos. Oreja. Flores Valencia: palmas y saludos. Cogido grave. Angel Cuenca: palmas. Silencio.

Los tres espadas y sus cuadrillas realizaron una lidia desastrosa, superados siempre por la casta de las reses. Sólo dos bandilleros, Juan Espejo y Andrés Romero, estuvieron bien colocados y eficaces en capote y banderillas. Pepe Luis Vargas estuvo discreto con la capa, aunque larga mucha tela y falta hondura. En el primero, con la muleta, se dobló con eficacia para realizar un trasteo voluntarioso y sin calidad. Al final de la faena anduvo con torería al bovino y destacaron los pases de castigo. Al cuarto le hizo una faena alegre y pinturera, superficial. El novillo iba muy bien de largo, y cuando así lo entendió surgió una templada serie con la derecha. Mató de buena es tocada, algo desprendida, pero hizo bien la suerte.

Flores Valencia, en el único que mató, estuvo vulgar y bastote. Tremendista, hizo una larga faena, cantidad de mantazos con ambas manos y chocolatinas de postre. Y un hecho insólito: mata con la espada en la mano izquierda..

Angel Cuenca, totalmente inexperto, anduvo a merced de sus novillos y entre sobresaltos. Afortunadamente los mató con brevedad.

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