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Escepticismo en Chipre sobre la "cumbre" Grecia-Turquía

Nadie espera en Chipre ni en ningún país de la zona que las conversaciones en la «cumbre», iniciadas ayer por Turquía y Grecia en Suiza, lleguen a un resultado definitivo sobre la situación de la isla y la disputa que Atenas y Ankara mantienen desde hace años por las aguas territoriales y la plataforma submarina del mar Egeo.En el mejor de los casos -dijo ayer a este diario un dirigente político chipriota-, Bulent Ecevit sólo ofrecerá, por ahora, algunas concesiones mínimas respecto del área chipriota ocupada por Turquía desde 1974, que representa el 40 % del territorio de Chipre. Es posible también que se reanuden próximamente las negociaciones de Viena, entre las dos comunidades de esta isla de poco más de 600.000 habitantes.

Las primeras conversaciones de ayer en Montreux entre el primer ministro griego, Constantino Caramanlis, y su homólogo turco, Bulent Ecevit, prueban, sin embargo, que Ankara está dispuesta a favorecer alguna forma de negociación en torno de la cuestión chipriota, al menos hasta que el Congreso norteamericano decida sobre el embargo de armas impuesto por Estados Unidos a Turquía a raíz de la invasión turca de la isla, en julio de 1974. El Congreso ha anticipado que no levantará el embargo hasta que Ankara encuentre con Atenas una solución negociada para la isla.

En su entrevista de ayer, Ecevit ha insistido en su proyecto de confederación para Chipre, que no ha presentado, empero, como una confederación absolutamente formal sino con cierta apariencia de federación. Pero, por el momento, Ankara rechaza la idea de un Gobierno central «fuerte», sin ministerios dobles, como reclaman tanto Atenas como el Gobierno chipriota de Spyros Kiprianou, sucesor del arzobispo Makarios.

Al comenzar sus conversaciones con Caramanlis, Ecevit declaró que no vincula en absoluto la cuestión del embargo norteamericano con el problema de Chipre y del Egeo. «No me interesa -dijo- el impacto que mi entrevista con Caramanlis pueda tener en Estados Unidos. Sólo espero que la influencia política de Washington no pese en nuestro encuentro.»

Los dirigentes chipriotas opinan que Estados Unidos y Alemania Federal están ejerciendo fuertes presiones sobre Atenas para que Caramanlis «inste» a Kyprianou a aceptar las propuestas turcas: la formación de dos Estados confederados, con un Gobierno central sólo formal.

Este asunto se encuentra, al menos políticamente, muy ligado al del Egeo, cuyas reservas petrolíferas interesan por igual a Atenas y Ankara, y con las exigencias turcas sobre algunas islas griegas, militarizadas por Atenas en contra de lo estipulado en el tratado de Lausana, de 1923, que puso fin a varios años de hostilidades entre las dos naciones.

Turquía señala también que la retirada griega de la organización militar de la OTAN aumenta las responsabilidades y a la vez, debilita la posición turca dentro de la Alianza Atlántica. Hace valer, como es lógico, su insustituible aporte estratégico a Occidente y sus fronteras con la Unión Soviética.

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